OPINIÓN

Locales | 26 Ene Cárceles-infractores-educación-seguridad-desarrollo
“Lo que hoy invirtamos en educación, no lo tendremos que gastar en cárceles mañana”. Ec. E. Talvi. (El Observador, 7/12/2013).
Poco a poco, como sociedad, vamos asumiendo que una sociedad sana en su convivencia, obedece a un conjunto de factores, algunos propios de cada individuo y otros que nos influyen del entorno social.
Siempre fui de la idea (nada nuevo por cierto), que las cosas no suceden por casualidad y que la gran mayoría de los platos rotos que tuvo que pagar el pueblo uruguayo, y el gobierno del FA, fueron producto de una trayectoria pesada y negativa de gobiernos anteriores. Ellos la intentan dejar de lado, no quieren hablar de “herencia maldita”, quieren desprestigiarla, ningunearla, decir que ya hubo tiempo suficiente para superarla, no les conviene. Pero que existe, existe.
Por suerte, o más bien con política, rumbo, confianza y convicción, hay cosas que arreglarlas llevan menos tiempo que otras. Por eso hay problemas que según todas las encuestas de opinión, van saliendo de la agenda pública más urgente: crecimiento económico, trabajo, endeudamiento externo, reservas internacionales, consumo, estabilidad, inversión pública y privada, apertura de nuevos mercados, un Estado presente y conductor.
Pero hay otras que no se superan tan fáciles, son procesos sociales duros, largos, de daños muchas veces irreparables; continúan angustiándonos, sin tiempo para regodeos: pobreza, educación, seguridad, vivienda.
Según el Ec. E. Talvi, “lo que hoy no invertimos en educación lo invertiremos en cárceles mañana”; ahora me pregunto, ¿será por eso que el gobierno del Frente Amplio tuvo que invertir hoy tanto en cárceles, policías e infraestructura policial? ¿Este hoy, no es consecuencia de no haber invertido en educación ayer? El propio Talvi nos da una pista en su nota; “Costó muchos años que se llegara a este nivel de conciencia de la situación de calamidad de nuestro sistema educativo, perdimos muchos años en aceptar una realidad que rompía los ojos. Quienes lo decíamos en 1998 éramos acusados de antipatriotas”. Y esto es tan cierto que fue el propio PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) en su Informe de Desarrollo Humano de 1999, ya alertaba sobre los daños irreparables de la pobreza. La pobreza golpeaba los jóvenes, las mujeres y los niños. Comenzamos a hablar de infantilización de la pobreza, esos niños que hoy tienen entre 13 y 18 años.
“Prácticamente uno de cada dos niños entre 0 y 5 años vive en hogares que se encuentran por debajo de la línea de pobreza. La situación de los niños entre 6 y 13 años no es más alentadora: el 40% vive en hogares pobres”. PNUD (1999).
Alertaba además que la pobreza se estaba asentando en barrios periféricos, asentamientos, zonas inundables, tierras fiscales no aptas para vivir.
“En suma, en su forma más extrema, la segregación residencial y social lleva a ciertos barrios a acumular déficit en materia de modelos de rol, al incremento de conductas de riesgo y abiertamente problemáticas, como pueden ser la delincuencia y la violencia reiterada y, eventualmente, a un quiebre de los parámetros normativos de convivencia”. PNUD (1999).
Alertaba sobre la perdida de la seguridad como bien público fundamental.
“La inseguridad ciudadana, el decaimiento de los espacios públicos y las estrategias de localización residencial de la población y, en particular, de las diferentes clases sociales, afectaron negativamente este rol integrador y distributivo”. PNUD (1999).
Alertaba sobre las consecuencias para las futuras generaciones.
“Si esto es cierto para una generación, lo es mucho más cuando se produce una trasmisión intergeneracional no sólo de carencias materiales y sociales concretas, sino también de estilos de vida alejados de modalidades integradas”. PNUD (1999).
Todavía faltaba llegar al quiebre del 2002, la herencia existe y es de largo plazo saldarla. Es hora que asuman responsabilidades, que dejen de mirar para otro lado y hacer política menor con el dolor que le causaron a su pueblo.Informe del PNUD. http://www.undp.org.uy/share/pdf/dhuru.pdf
Julio Pintos