Paysandú, Jueves 30 de Enero de 2014
Rurales | 26 Ene La situación en varios predios lecheros del departamento de Paysandú es muy preocupante, por la falta de lluvias y la escasez de alimento para los animales, a tal punto que “muchos tambos no tienen nada de comida para darles a las vacas”, dijo a EL TELEGRAFO el expresidente de la Asociación de Productores de Leche de Paysandú (APLP), Juan Paradiso.
De acuerdo a los registros pluviométricos recabados por el diario, el departamento de Paysandú está partido en dos, a tal punto que un ejemplo muy particular refleja la realidad. Un tambo de la zona de la Virgen, al sureste de la ciudad, no tiene problemas para alimentar a su vacas porque ha llovido semanalmente en su predio, mientras que otro ubicado al norte de la ciudad, pasando Avenida de las Américas, en la zona de San Francisco, hoy no tiene comida para el ganado. Entre ambos, los separan apenas unos 7 kilómetros.
“La falta de agua en varios tambos del departamento está impactando muy fuerte, porque no hay nada de comida para darle a las vacas, ya nos hemos consumido casi todo lo que teníamos de forraje para el invierno y lo que plantamos para hacer forraje de moha, se perdió totalmente”, sostiene Paradiso, agregando que “la semilla brotó con una lluvia de 5 milímetros, quedó a centímetros del suelo y la quemó totalmente el sol”.
Sostuvo que “ahora estamos recurriendo en estos días a ración, y no solo para el ganado en producción, sino que tenemos que darle a todas las categorías de animales, desde los terneros hasta las vacas que se están secando. Además de algún fardo que nos viene quedando del año pasado”, apuntó.
Dijo que la producción de leche ha tenido una merma importante respecto a los otros años. Puso su ejemplo personal, indicando que en el tambo “en 1.250 litros hemos mermado entre 280 y 300 litros por día, lo que es mucho”.
Sostiene que “entre que las vacas no tienen nada para comer --porque la alfalfa la comen, pero no rebrota nada--, llega un momento que parece que están estabuladas, porque tienen agua y comida en el mismo lugar”. Sobre el impacto del sol en varios días de diciembre y enero, en un verano que muchos señalan como de “los más bravos”, Paradiso precisó que en el tambo “notamos claramente lo que el sol produce sobre las vacas. Cuando movemos los animales alrededor de las 17 horas, las vacas que están a la sombra del monte, las tenés que traer de a una o dos porque no quieren salir de ahí”.
Agregó que “en donde caminan 50 o 100 metros comienzan a babearse y quedan enseguida lengua afuera por el estrés que tienen”, recordando que “hace 20 años atrás eso no lo veías, y hoy te movés a las 6 o 7 de la tarde y el sol todavía quema”.
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