Paysandú, Jueves 30 de Enero de 2014

Repercusiones serán inevitables

Opinion | 26 Ene Es notorio que nada de lo que ocurre en Argentina en cuanto a la relación cambiaria y medidas comerciales y económicas va a dejar de repercutir en el Uruguay, y la incertidumbre generada en el escenario económico-financiero en la vecina orilla ya ha trasladado la inquietud a nuestro país, además de haber provocado una suba significativa del dólar el viernes.
Ya en la Cámara de Industrias (CIU) sus dirigentes han manifestado estar “muy preocupados” por los efectos de la aceleración del ritmo de devaluación en Argentina, porque al combinarse con una depreciación del real genera una nueva situación, a la que Uruguay debería procurar ajustarse rápidamente.
El presidente de la CIU, Javier Carrau, advirtió que “cuando Brasil devaluó en enero de 1999 se demoró mucho en reaccionar y eso nos perjudicó y perdimos competitividad con Brasil. Ahora habrá que acompañar, porque si no se puede dar una situación de aislamiento” de Uruguay.
“El salto (del dólar) en Argentina nos sorprendió a todos. Suben los costos de los importadores argentinos. En Brasil el dólar ya había pasado de 2 a 2,40 reales. Y el sector industrial ya está sufriendo mucho por las trabas argentinas con las declaraciones juradas, en particular algunos sectores, como las pinturas y la vestimenta. Parecía que esto era por Guillermo Moreno (exsecretario de Comercio Interior, considerado artífice de estas trabas) pero sigue la misma política”, señaló el empresario a El País.
Es lógico que el sector, como operadores de varias áreas de actividad, estén siguiendo muy de cerca y con preocupación lo que ocurra en la vecina orilla, sobre todo porque el gobierno de la Administración Kirchner ha puesto de relieve persistencia en adoptar medidas proteccionistas y rearfimar la armazón de subsidios y discrecionalidad en decisiones cuando las porfiadas leyes de la economía hacen trizas sus previsiones optimistas sin fundamento.
En la CIU esperan ahora por las gestiones que pueda realizar el presidente José Mujica en una eventual reunión con su colega argentina, Cristina Fernández, que podría realizarse antes de fin de mes cuando coincidan en La Habana. “El presidente tiene nuestro apoyo para lo que pueda negociar en una reunión ‘uno a uno’ porque a nivel de Cancillería se ha logrado poco y nada”, dijo Carrau. Mientras tanto, Luis Borsari, directivo de la Cámara Uruguaya de Turismo, comentó --por cierto con buena dosis de envidiable optimismo-- que la rebaja del recargo para las compras con tarjetas de crédito que hacen los argentinos en el exterior de 35 a 20% y el relajamiento del cepo cambiario puede llevar a que “liguemos algún argentino que pensaba en no venir que capaz ahora ve la cosa con otra cara”.
“Esto de ningún modo va a modificar la evaluación de la temporada, pero puede ayudar con algún puntito menos de caída en la venida de argentinos”, señaló. Además de la caída de 10% en el ingreso de visitantes desde el país vecino, se venía verificando una reducción en el gasto per cápita de los turistas de ese origen superior al que esperaban los operadores turísticos
A su vez, el presidente de la Unión de Exportadores, Álvaro Queijo, opinó que la aceleración de la devaluación en Argentina “complica” porque “Uruguay no puede seguir perdiendo competitividad”.
“Esto va a hacer que sigan cayendo las exportaciones de bienes y servicios y el turismo porque estamos extremadamente caros para los visitantes argentinos aunque al menos teóricamente al tener un tipo de cambio más alto, no deberían limitar tanto las importaciones, porque no tendrían tanta necesidad de limitar la salida de dólares. Pero habrá que esperar a la semana que viene”, señaló.
Ocurre que recién estamos en el primer capítulo del nuevo escenario que se está dando en la Argentina, y lo único confirmado en el horizonte es una gran incertidumbre respecto a lo que ocurrirá a partir del lunes, cuando se levante parcialmente el “cepo” bancario, pero ya con una devaluación convalidada por el equipo económico, pero que seguramente será acompañada por otras medidas cuya naturaleza todavía se desconoce. Precisamente, cuando termine de definirse la regulación de las operaciones con dólares en la vecina orilla, podrá más o menos tenerse una idea de como repercutirán las medidas en nuestro país, que pese a los “blindajes” a que hace referencia nuestro equipo económico, tendrá repercusiones significativas, porque además de las consecuencias reales, están de por medio las expectativas y precauciones de los agentes económicos, y sin dudas serán mucho más los efectos negativos que los positivos, de acuerdo a la experiencia.
Y si bien Uruguay está menos expuesto que en el pasado ante las vicisitudes argentinas por el canal financiero y el comercial y, a su vez, la dolarización de la economía local se redujo significativamente en los últimos años, el gobierno tiene ante sí el gran desafío de prever y afrontar los impactos, para lo que cuenta con instrumentos limitados, porque ya estamos con una inflación alta, pérdida de competitividad y gasto público elevado, entre otros elementos en juego.


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