Paysandú, Martes 04 de Febrero de 2014
Opinion | 02 Feb Las condiciones de mediterraneidad de naciones como Bolivia y Paraguay, países productores de commodities en gran volumen, hacen que el instrumento logístico resulte vital para mejorar la rentabilidad a través de un acceso a los mercados de destino que reduzca sensiblemente la incidencia del flete en el costo final.
Ello determina que el transporte fluvial por la Hidrovía Paraguay-Paraná-Uruguay sea vital para estos países, al igual que para los emprendimientos productivos del suroeste del Brasil y noreste argentino, naturalmente, por lo que la generación de infraestructura y facilidades para el desplazamiento de barcazas es un aspecto prioritario para el corazón del Cono Sur latinoamericano.
En este contexto deben evaluarse los contactos que ha emprendido el gobierno de nuestro país a efectos de poner a disposición de Bolivia y Paraguay terminales portuarias de ultramar, como es el caso de la de Nueva Palmira y enlaces al exterior que permitan paliar los inconvenientes de esta mediterraneidad.
Ya desde 2012, el entonces subsecretario del Ministerio de Relaciones Exteriores de nuestro país, Roberto Conde, puso a disposición de la nación del Altiplano los puertos libres de Uruguay para comercializar mercaderías sin el pago de aranceles, y así incorporar una plataforma de salida de riqueza de la nación mediterránea.
El planteo fue efectuado al vicecanciller boliviano Juan Carlos Alurralde, quien recibió de buen grado la oferta transmitida por el representante del gobierno de José Mujica, el que explicó que “Uruguay dispone que Bolivia puede utilizar los puertos libres del Uruguay para que use nuestro sistema portuario y pueda trabajar con sus mercaderías y la use como depósitos sin que tengan que pagar ningún arancel, además de que hemos garantizado de que pueda usar cada vez mayores áreas de esos puertos”.
A la vez Uruguay ya está trabajando junto con Bolivia en acciones concretas para facilitar la navegación por la Hidrovía, es decir la conexión fluvial por los ríos Paraná y Paraguay, hasta desembocar en el Río de la Plata, y sobre todo utilizar los servicios de Nueva Palmira para la salida de la mercadería.
Precisamente, la posibilidad de salida hacia el océano Atlántico es un elemento fundamental para el desarrollo de la economía de Bolivia, y a la vez debe evaluarse este ofrecimiento en el anuncio oportunamente formulado por el ministro de Transporte y Obras Públicas, Enrique Pintado, en el sentido de que uno de los objetivos prioritarios de su cartera es la instrumentación del Plan Estratégico hacia 2030, apuntando a situar a Uruguay como polo logístico regional.
La idea es que el plan estratégico sea incorporado como “una verdadera política de Estado”, para lo cual se espera contar con el apoyo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para los planes logísticos, en especial respecto a la renovación del sistema ferroviario y eventualmente el proyecto de puerto de aguas profundas en Rocha.
La idea implica entre otras acciones el fortalecimiento del Sistema Nacional de Puertos, y analizar ampliaciones del puerto de Nueva Palmira, lo que precisamente es un aspecto fundamental en el ofrecimiento de depósitos para la mercadería procedente de Bolivia.
Uno de los aspectos clave del plan conlleva el mantenimiento de la red vial, para lo cual se deberá estudiar el desarrollo de un transporte multimodal, el sistema de accesibilidad a los puertos y puntos de salida y de distribución a la región.
Igualmente significativa es la decisión política de contar con la participación de privados en asociación con el Estado para concretar las grandes inversiones necesarias para cumplir con estos objetivos, lo que a la vez conlleva promover la profundización de los contactos con los propios interesados a efectos de diseñar el esquema logístico que se debe el país para potenciar no solo la producción, sino también los servicios que es posible y necesario proporcionar a los operadores de la región al amparo de la ubicación estratégica del Uruguay.
Más cercano en el tiempo, más precisamente el mes anterior, una delegación de la Administración Nacional de Puertos (ANP) se trasladó a Paraguay para ofrecer los puertos uruguayos para la salida de granos de la nación guaraní, con tratamiento preferencial, apuntando así a potenciar la producción de commodities.
La Hidrovía Paraguay-Paraná y su conexión con el río Uruguay, el Río de la Plata y el océano Atlántico es por cierto un instrumento formidable para el desarrollo regional y un valor diferencial para la producción de zonas y países mediterráneos, como Paraguay y Bolivia, por lo que el contar con este medio de transporte competitivo y una salida a ultramar por servicios logísticos de nuestro país es un factor decisivo a potenciar, por mutua conveniencia y para disimular el déficit en infraestructura que sin dudas todavía padece la región.
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