Opinion | 30 Ene Un estudio elaborado por investigadores en la Universidad de Yale indica que Uruguay tiene la mejor calidad de aire del mundo y el mejor nivel de forestación, de acuerdo al Índice de Performance Ambiental elaborado por los científicos de esa universidad norteamericana.
Para este análisis se tienen en cuenta nueve factores, pero en el caso de la medición de la calidad del aire los investigadores tomaron en cuenta tres variables: la población expuesta a material particulado por metro cúbico, el promedio de personas expuestas a niveles cítricos de material particulado (en base al mínimo aceptable establecido por la Organización Mundial de la Salud) y la calidad de aire generada en hogares medida en porcentaje de quema de madera, residuos y carbón usados para cocinar.
En base a estas comparaciones, Uruguay llegó al mejor puntaje en estas tres medidas y se ubicó en el puesto número uno junto a Mauricio, Seychelles, Antigua y Barbuda, Palaos, Barbados y Granada.
A la vez, de los 178 países del ranking general, Uruguay se situó en el lugar número 70, en tanto según el mismo estudio Río Negro es el departamento en el cual la tierra se cotiza más alto, a unos U$S5.946 por hectárea en promedio. Sin embargo, en cuanto a la biodiversidad y hábitat, Uruguay alcanzó el puesto 144, en clima y energía el 114 y en recursos acuáticos ocupa el lugar 97.
Por otro lado, en el caso de la forestación, que se mide por el aumento relativo de la cantidad de árboles plantados desde el año 2000 hasta el 2012, Uruguay también se ubicó en primer lugar junto a Nueva Zelanda, Irlanda, Hungría, Serbia, Bosnia y Herzegovina, Túnez, Chile, Sudáfrica, Australia, Montenegro, Moldavia, Mauricio, Cuba y Marruecos.
El resto de las variables que se tomaron en cuenta para realizar el estudio fueron agricultura, donde Uruguay se colocó en el puesto 76, pesca, en el cual alcanzó el puesto 75 e impactos a la salud, en el que se situó en el puesto 72, en tanto en el caso del agua e higiene Uruguay quedó en el puesto 33.
Sin dudas que este último aspecto es muy significativo, porque indica que aún en medio de carencias, sobre todo en el caso del tratamiento de efluentes cloacales, se cuenta con una buena red de distribución de agua potable, y el saneamiento extendido permite que Uruguay sea prácticamente una isla en un subcontinente latinoamericano con muchos problemas.
Y aunque la referencia al primer lugar en el mundo respecto a la calidad del aire pueda parecernos algo exagerada --seguramente la “muestra” no se tomó en una noche de frío en invierno, por ejemplo, cuando el humo de las estufas a leña cubre la ciudad con un manto blanco impenetrable-- igualmente es un elemento muy positivo en cuanto a respaldar el sello de Uruguay Natural que se pretende potenciar. En este aspecto no caben dudas que el primer lugar en forestación influye en la degradación del anhídrido carbónico y otros gases a través de la oxigenación que provén los árboles, como es sabido.
Pero claro, no todo lo que reluce es oro, más allá de este factor positivo, por cuanto nuestros compañeros de ruta en el primer puesto son países e islas que como el nuestro, tienen baja industrialización y venden servicios turísticos, por ejemplo, con extensas costas, superficies selváticas y poca y nula inversión en la incorporación de valor agregado a su esmirriada producción.
Ni tanto ni tan poco, entonces, porque en buena medida nuestro aire puro --salvo lugares puntuales que incluso se dan en Paysandú, por determinadas emanaciones-- se debe a la contrapartida de contar con poco desarrollo industrial, en tanto los hogares por regla general no aportan tanta contaminación, y aun teniendo en cuenta además que la población de ganado de nuestros campos genera cantidades importantes de gas metano que va a parar a la atmósfera.
De todas formas, nuestro país puede seguir vendiendo con mejor fundamento el rótulo de Uruguay Natural, que es un bien a preservar y que se cotiza muy bien en el mundo, donde realmente hay regiones con una contaminación significativa y depredación de recursos naturales, y el estar ubicados en el primer puesto en cuanto a aire puro y forestación debe alentarnos a continuar llevando a cabo acciones que reafirmen esta característica.