Paysandú, Jueves 06 de Febrero de 2014
Locales | 03 Feb Aunque en el primer mes de este año no se han detectado floraciones algales en la costa sanducera, OSE desarrolla en forma permanente un protocolo para el cumplimiento estricto de la normativa nacional en materia de agua potable y aplica carbón activado en polvo, además de diferentes filtrados en el proceso de potabilización, según informó a EL TELEGRAFO el presidente del organismo, ingeniero Milton Machado al ser consultado sobre el tema.
Hace algunos años, cuando comenzó a hacerse evidente el problema de las floraciones algales en el río Uruguay, no había prácticamente posibilidades de respuesta en la región, ni un estudio sistemático sobre este tipo de fenómenos. Desde hace un tiempo la situación ha cambiado. OSE incluyó el control de cianobacterias y la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande el monitoreo del río desde Bella Unión hasta Nueva Palmira, publicando en su sitio web y difundiendo a los medios de comunicación, en forma semanal, los resultados de esta tarea.
Las floraciones algales existen desde hace varios años en el río Uruguay y arroyos y lagunas interiores, pero tomaron notoriedad pública cuando el agua potable de Montevideo adquirió olor y sabor que llamaron la atención a pesar de estar potabilizada. La respuesta fue que el “evento de olor y sabor percibido” en el agua se debió a “una sustancia liberada por un tipo de alga microscópica en el río Santa Lucía llamada geosmina, que no tiene incidencia sobre la salud de la población”. Por medio de un comunicado OSE informó en dicha oportunidad que no se detectaron plaguicidas ni otros componentes que pusieran en riesgo la calidad del agua. En ese contexto, expertos de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República advirtieron que si no se controla la contaminación del agua, en un futuro cercano podrían detectarse toxinas (provenientes de las cianobacterias) en los acuíferos, que comprometerían la potabilidad del agua.
EUTROFIZACIÓN
Las denominadas “algas verde azuladas” o cianobacterias también se encuentran en el río Uruguay y el río Negro, aunque en realidad están en casi todos los ambientes acuáticos urbanos y suburbanos, así como cuencas que son productivas donde proliferan exitosamente. Una de las razones principales de su éxito de expansión y supervivencia es la eutrofización del agua debido a la actividad humana.
El aumento de nutrientes en las aguas se asocia históricamente con las prácticas agrícolas. Estos aportes llegan, por ejemplo, por escorrentía de suelos con fertilizantes o provienen de desechos orgánicos (basura) o aguas servidas. El desarrollo industrial generó otra fuente muy importante de contaminantes, incluyendo a los nutrientes. La eutrofización trae como consecuencia un aumento de la cantidad de fitoplancton que crece en forma desmedida, fenómeno denominado floración. Como resultado, el agua se vuelve turbia, lo que limita el ingreso de luz solar y el ambiente se deteriora. Estas floraciones afectan negativamente la calidad del agua ya que le dan color, mal olor y mal sabor, pero especialmente porque pueden producir sustancias tóxicas para los animales y para el ser humano. Estas sustancias se llaman cianotoxinas y de ellas se conocen más de 100 variedades, aunque se piensa que quedan más por descubrir.
OSE: CONTROL ESTRICTO
“Las floraciones algales son un fenómeno medioambiental debido a determinadas condiciones climatológicas y físicas del agua, además de incidir los niveles de producción. El río Uruguay tiene un curso y caudal muy importante y debido su dinámica y estar en permanente movimiento, la probabilidad de ocurrencia de floraciones es menor que en otros lugares donde puede haber aguas más quietas o embalses”, dijo el presidente de OSE.
“De todas formas, y considerando que no estamos exentos de que puedan producirse en cualquier momento, OSE tiene preparados sus sistemas para cumplir con la normativa y cuenta con un protocolo para este tipo de situaciones, principalmente con aplicación de carbón activado en polvo y el filtrado en el proceso de producción de agua potable que actúa como barrera al paso de todo tipo de microorganismos, toxinas, bacterias, virus, etcétera”, añadió Machado.
El carbón activado es un electrolito utilizado para lograr una sedimentación más eficiente en la usina purificadora, y así mejorar el proceso y obtener un agua decantada de mejor calidad. Es un elemento para eliminar olores que ayuda a la remoción de microorganismos aparecidos en el agua bruta, impidiendo el paso de las cianobacterias a la red. Agregó el jerarca que “los sistemas de agua se dimensionan, construyen y tienen una tecnología y una forma de trabajo específico para evitar eso y poder potabilizar adecuadamente en cumplimiento con la normativa del país emitida por el Ministerio de Salud Pública, los controles de la Ursea y las recomendaciones a nivel internacional”. “Aunque las floraciones se produzcan en el agua bruta, no quiere decir que tengamos un problema en el agua elevada y producida, que es la que se distribuye luego del proceso de potabilización en las distintas ciudades. Una cosa es el agua bruta y el contacto que puedan tener las personas con ellas en los cursos de agua y otra el agua potabilizada y distribuida como agua potable, la cual cumple con toda la normativa”, aseveró.
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