Opinion | 09 Feb Recientemente el Ministerio de Transporte y Obras Públicas y el Banco Hipotecario del Uruguay firmaron un acuerdo, aprobado por resolución oficial del Poder Ejecutivo, con el objetivo de conservar y mantener en buen estado el predio y edificio de la Estación Central de AFE “José Artigas” en Montevideo, por el que se establecen obligaciones para ambas partes.
Es así que el presidente José Mujica suscribió esta resolución con vistas a la ejecución de las obras, estableciendo el texto legal que la Dirección Nacional de Arquitectura del MTOP presentará al BHU con el cronograma de los trabajos, junto a estimación de costos, ejecución, administración y el contralor de la obra, mientras el BHU se encuentra obligado a hacer efectivos todos los pagos para solventar la totalidad de los costos que demanda la obra.
Se apunta de esta forma a encarar tareas como arreglos en el techo y recuperar elementos robados, entre otras acciones para “conservar el bien público” hasta el final del litigio que está en curso por un privado en un juicio contra el Estado por incumplimiento de un acuerdo entre las partes.
Ya el mandatario uruguayo, en una audición radial en M24, adelantó que el Estado no pagará el juicio que lleva adelante Fernando Barboni (titular de la firma Glenby) por mil millones de dólares, reclamando que el gobierno no entregó en la fecha fijada la ex estación central y la ex playa de maniobras de AFE para ejecutar el proyecto que tenía previsto.
Mujica dijo textualmente que “nos negamos abiertamente a pagar aunque sea una parte de la enorme fortuna que reclaman, porque sería cargar al Estado uruguayo con algo imposible. Nuevamente vemos un Estado mal defendido, que no negocia como puede hacerlo un particular, pero tenemos que ver que atrás de los juicios que perdemos está el pueblo uruguayo que paga impuestos. Ahí la importancia que tiene este asunto”.
Ya en la primera y segunda instancia la Justicia le dio la razón a Barboni y el Poder Ejecutivo presentó un recurso de casación ante la Suprema Corte de Justicia, la que falló también dándole la razón al demandante. Pero ello no obsta para que igualmente se destinen recursos todavía no cuantificados para mantener el bien en litigio, y por lo tanto con incertidumbre sobre el desenlace que tendrá el conflicto de intereses.
El punto es que si bien estamos ante un edificio que es patrimonio histórico, y se apunta a preservarlo mediante el convenio MTOP-BHU, no puede obviarse que nuevamente se está midiendo con distinta vara el “patrimonio” de Montevideo y el Interior, porque para salvar los edificios capitalinos siempre aparecen a tiempo los recursos, lo que precisamente no se atiende con la misma disposición cuando una situación similar se da en el Interior.
El mantenimiento del edificio en este caso nos va a llevar “un vagón de plata”, ya que estamos hablando del ferrocarril, pero mucho menos dinero se dice sin embargo no tener para apoyar la cruzada que desde Paysandú se ha lanzado por ejemplo para recuperar construcciones históricas, que el gobierno nacional sigue reticente a volcar y nos dice que nos arreglemos como podamos.
Sin embargo, como ha ocurrido infinidad de veces, esta actitud es la opuesta cuando se trata de Montevideo, como lo demuestran los “vagones” de dinero con los que el Estado construyó por ejemplo la Torre de las Telecomunicaciones de Antel, en su momento, y como los que destinará para construir el Antel Arena para la Intendencia de Montevideo, como lo hizo además en el caso del auditorio del Sodre Adela Reta, a un costo también multimillonario en dólares, como lo haría llegado el caso con el Teatro Solís y todo lo que se necesite en la capital, el único lugar donde aparentemente para el gobierno nacional hay patrimonio edificio y cultural a preservar como sea.
Mientras tanto los sanduceros, como en otros puntos del Interior, siguen reclamando inútilmente apoyo –en mucho menor monto naturalmente— para salvar edificios como la Basílica Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo y el teatro Florencio Sánchez, por mencionar solo dos ejemplos que tenemos acá cerquita, y que reafirman el hecho de que han pasado todos los partidos por el gobierno nacional, y para ellos solo existe lo que está en Montevideo, en tanto los demás pueden esperar, porque el centralismo los deja para las calendas griegas en la lista de prioridades.