Opinion | 13 Feb La educación de adultos tiene larga trayectoria en Uruguay, aunque su impacto masivo ha tenido lugar en los últimos años. Según el censo 2011, el 1,6% de la población es analfabeta y la mayoría proviene del contexto más vulnerable de la población. El año pasado 4.500 jóvenes y adultos lograron terminar primaria tras participar en los cursos especiales dictados por la Administración Nacional de Educación (ANEP).
La mayoría de los adultos mayores de 15 años que cursan en la educación de adultos proviene de un contexto crítico y requieren apoyo en alfabetización porque no han tenido acceso o no terminaron Primaria.
Quienes concurren a estos cursos son fundamentalmente mujeres, según datos de la Dirección Sectorial de Educación de Adultos (DSEA), en base a su evaluación del impacto de las políticas educativas destinadas a dar cobertura a personas adultas que están fuera del sistema de enseñanza. El año pasado casi 9 mil personas cursaron los tres niveles existentes de educación para adultos. El nivel I, corresponde a enseñanza de alfabetización, lo que incluye la adquisición del dominio de la lectura, la escritura, la expresión oral y los fundamentos de la aritmética.
En el segundo nivel el objetivo es propiciar la adquisición de conocimientos y el desarrollo de habilidades y actitudes para el aprendizaje, la vida y el trabajo en las personas jóvenes y adultas. Por último, hubo en 2013 unas 4.000 personas que concurrieron a talleres, como una salida laboral o de integración social.
La finalidad última de este tipo de cursos es atender las necesidades básicas de aprendizajes de personas que no han tenido acceso a los niveles mínimos de enseñanza y su vinculación a nuevas posibilidades de educación a lo largo de toda la vida, para la adquisición y desarrollo de capacidades y competencias y el mejoramiento de los desempeños que demanda la vida cotidiana.
Se trata de una tarea que debe intensificarse y difundirse lo necesario con la meta de alfabetizar el 1,6% de los uruguayos que, por distintas circunstancias, no han tenido esa oportunidad. En un mundo actual es necesario brindar a las personas herramientas para aprender a aprender, casi la única estrategia posible frente al carácter permanente de los cambios.