Locales | 17 Feb Simpático, divertido. Como para andar en la arena, yendo y viniendo dibujando surcos, una manera especial de divertirse tripulando uno de estos cuatriciclos, denominados precisamente “areneros”.
Claro que no solamente son aptos para desplazarse en arenales y médanos, sino que también sobre pisos firmes, como el asfalto, por ejemplo.
Y nuestro fotógrafo vio a uno de estos “aparatos” deplazándose, presionó el dedo sobre el obturador y lo reflejó en imágenes. Seguro que debe estar bueno sentarse en una de las butacas, tomar los mandos y salir a divertirse dando una vueltita. Y no hablamos de dibujar trazos sobre la arena.
Mientras tanto, nos conformamos con presentarlo, tras conectarnos con su propietario, Teo Frondoy.
Precisamente, nos comentaba Frondoy que adquirió este arenero hace alrededor de dos años.
Fue construido artesanalmente por un grupo de mecánicos en Montevideo.
El vehículo reúne en sí, elementos provenientes de distintas marcas. Por ejemplo, la planta impulsora es un motor Fiat 1.300 c.c., de cuatro cilindros y la caja de cambios corresponde a dicho motor y es de cinco velocidades.
El motor se ubica en la parte trasera. Precisamente, el tren trasero corresponde a un tren delantero de un automóvil VW Gol.
Mientras tanto, el tren delantero pertenece a un automóvil Peugeot 206.
Tiene frenos a discos. La suspensión tiene espirales adelante y atrás.
El chasis es fuerte, pero asimila bien los virajes bruscos. Doble barra antivuelco, guardabarros cortos adelante y atrás, una batería de cuatro faros en el frontal. Está pintado de rojo en sus laterales.
Nos comentaba Frondoy que este arenero alcanza los 150 kilómetros por hora de velocidad.
Sí, un arenero para circular y divertirse, fruto de un trabajo artesanal muy interesante.