Paysandú, Martes 18 de Febrero de 2014
Locales | 18 Feb El presente comentario será breve pues está destinado a señalar, sucinta pero claramente, que los problemas del tránsito vehicular nacional, que se extienden inevitablemente al peatonal, mantienen sus niveles de gravedad; ello propone recordar algunos de sus problemas fundamentales y sugerir algún mecanismo que tienda, aunque obviamente no en forma muy rápida, a mejorar tan desfavorable realidad.
Lo primero a subrayar es que en medida importante los graves problemas del tránsito derivan, fundamentalmente, de la extendida falta de respeto de las disposiciones de índole reglamentario existentes, pues son violadas con mucha frecuencia por conductores y peatones. Vale decir: lo que se ha creado para contribuir a su mejor desenvolvimiento y seguridad aún no se ha logrado, en la medida indispensable, que sea respetado por quienes fundamentalmente tienen el deber de hacerlo, por su naturaleza de norma reglamentaria, y sustancialmente por ser ello indispensable para la seguridad personal, comprendidos quienes no las respetan; son conductas que contribuyen a la extensión de la inseguridad. Un ejemplo al respecto es ilustrativo: el funcionamiento de los semáforos está orientado a crear seguridad. No obstante, su mal uso determina que sean numerosos los conductores que, al no ajustarse al respecto a lo que corresponde, culminan los cruces circulando con luz roja, al no tener en cuenta que la luz amarilla, salvo las situaciones excepcionales que autorizan continuar el cruce, debe dar lugar a la detención prácticamente inmediata del vehículo.
Y a ello se agrega el alto número de peatones que cruza no obstante estar señalada con luz roja la zona respectiva de cruce que han elegido.
Es posible, digamos, que el desconocimiento, o una errónea interpretación de las normas, sea causa de muchas violaciones, pero en muchos de tales casos es muy claro que no se trata de error, sino puramente de conducta que quien en ella incurre sabe que es indebida.
También se registran accidentes, muchos de gravedad, en el tránsito carretero, y obedecen a causas diversas: imprudencias y errores de los conductores, violación, o desconocimiento, de normas.
Para los casos en los cuales la causa de la transgresión es la violación o el desconocimiento de la norma, se ha sugerido como forma que puede contribuir al mejoramiento de las condiciones en las cuales el tránsito, urbano o carretero, se desenvuelve, la divulgación por vía de la televisión, de la transgresión advertida, por entenderse que por tal vía se contribuiría a que quienes han incurrido en tales infracciones, o errores, lo adviertan claramente, y obviamente no vuelvan a caer en formas de conducir indebidas.
Obviamente, las infracciones que constantemente se observan por conductores y peatones superan en número las que se han indicado, y muchas son también graves, circunstancias que son en verdad lamentables y que imponen una acción constante de las autoridades tendiente a corregirlo.
Por ello corresponde señalar el favorable papel que la Unasev ha venido cumpliendo desde que fue creada para mejorar las condiciones en que se desenvuelve el tránsito vial en el país. Su esfuerzo ha militado entre los factores que positivamente ha contribuido a su mejoramiento.
Se limita a lo expuesto el presente breve comentario porque su propósito fue contribuir a señalar que el tránsito mantiene sus problemas, no obstante los serios esfuerzos que desde hace ya bastante tiempo se realizan. Por tanto, que continúa siendo indispensable mantenerlos con firmeza porque, aunque aún existan problemas, es muy claro que se ha logrado concretar mejoras y mantener el esfuerzo para que cada vez sean menos en número y en gravedad.
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