Paysandú, Miércoles 19 de Febrero de 2014
Rurales | 15 Feb Luego de un estancamiento de dos décadas, la evolución del precio internacional de los commodities alimenticios ha sido muy favorable desde el año 2003 en adelante, lo que repercutió en la evolución de los términos de intercambio de la gran mayoría de los países de América Latina y el Caribe, según un informe del Centro Internacional para el Comercio y el Desarrollo Sustentable (ICTSD, por sus siglas en inglés).
Si bien este fenómeno encuentra su impulso en muchos factores, se destacan: por el lado de la demanda, el crecimiento poblacional en Asia y África, la producción de biocombustibles, las compras a futuro y el cambio en los hábitos de consumo por el aumento en el ingreso. Mientras que por el de la oferta, las limitaciones de la frontera agrícola, los fenómenos climáticos, los escasos niveles de productividad agrícola en algunas regiones y la aplicación de políticas proteccionistas son los factores que resaltan.
Debe tenerse en cuenta que si los precios internacionales de los alimentos pueden verse afectados en los próximos años como consecuencia de la evolución de la economía internacional (desempeño de Estados Unidos y Europa y sus efectos en el crecimiento de China), las proyecciones realizadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura para el período 2011-2020 siguen mostrando para algunos productos de suma importancia en la canasta exportadora de los países del Mercado Común del Sur (Mercosur) un crecimiento respecto a la década anterior. De cualquier forma, se espera un escenario con mayores fluctuaciones.
Como resultado, en los últimos años, todos los países del Mercosur han registrado una explosión agrícola y agroindustrial sin precedentes, que incluso algunos autores han definido en términos de revolución. La combinación de dichos factores llevó a que el Mercosur profundizara sus ventajas comparativas en la producción agrícola en el plano internacional, transformándolo en un proveedor internacional de alimentos de importancia en términos estratégicos.
Así, todos los países de la región sufrieron una reprimarización de su estructura exportadora, lo que generó un debate sobre las implicancias de dicho fenómeno en el desarrollo económico.
DINÁMICA INTERNACIONAL DE LOS PRODUCTOS AGRÍCOLAS
En cuanto a la importancia del sector agrícola en el comercio internacional, tomando como referencia el Sistema Armonizado de Designación y Codificación de Mercancías (S.A.), una primera observación a tener en cuenta es que dichos bienes explicaron el 8% del total exportado en 2012, participación muy similar a la registrada en la década anterior.
Si se analiza el desempeño de dichos bienes, salvo en la última década y en parte por las razones ya comentadas anteriormente, los bienes de capital y los equipos de transporte y sus partes son más dinámicos que los alimentos y bebidas, punto especialmente importante para parte de la literatura económica que relaciona la estructura productiva de los países con su desarrollo económico en términos de ingreso. Como consecuencia, la participación presentada en el comercio internacional por los bienes agrícolas muestra una clara tendencia para el caso de los alimentos y las bebidas. Dichos bienes han perdido peso en el comercio internacional de forma sistemática en los últimos años, frenando su caída en la última década pero no ganando terreno frente al total (los saltos en la productividad agrícola se dieron en la última década). En contrapartida, los equipos de transporte y sus partes y los bienes de capital muestran un desempeño muy distinto.
EL CASO DE URUGUAYA
Las exportaciones uruguayas de productos agrícolas alcanzaron una suma cercana a los US$ 6.000 millones, creciendo a una tasa anualizada del 18% entre los años 2001-2012, la más alta del Mercosur junto con Paraguay.
Uruguay es el país del Mercosur que ha registrado el mayor salto en la importancia de los productos agrícolas frente al total exportado, lo que podría ser visto como una sostenida reprimarización de las exportaciones. A su vez, dentro del universo agrícola, los bienes con mayor proceso productivo ganan participación frente a los de medio y alto proceso.
La participación de los bienes agrícolas en el total colocado en el exterior pasó del 45% al 67% entre los años 2001-2012 (el país también ganó participación frente a las exportaciones mundiales de este categoría, duplicando la misma en el mismo período).
El gran salto exportador encuentra su explicación en la importancia adquirida por las exportaciones de soja, producto que no era exportado por el país en 2001 y que pasó a ocupar la primera posición en 2012, superando incluso a las exportaciones de carne, uno de los productos estrella de las exportaciones del país desde que se cuenta con estadísticas.
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