Paysandú, Miércoles 19 de Febrero de 2014
Locales | 16 Feb Las pruebas PISA
Las pruebas PISA son un estudio trianual que evalúa los conocimientos y aptitudes de los jóvenes de 15 años de la Educación Media uruguaya. ¿Quién organiza las pruebas PISA? Lo hace la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Pedro Ravela, director encargado de la ejecución de las políticas y la gestión técnico - administrativa del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) Uruguay, participó en el año 2003, 2006 y 2012.
En esas pruebas se evalúa fundamentalmente tres componentes del conocimiento:
a) Capacidad de lectura enfocada en la comprensión de textos.
b) Capacidad para utilizar la matemática en situaciones de la vida cotidiana.
c) Cuál es la cultura científica enfocada para razonar y pensar de qué modo se pueden encontrar respuestas científicas a ciertos problemas.
En resumen: se quiere saber si los jóvenes que están terminando la Enseñanza Secundaria hasta el 4° año, tienen expectativas favorables de acuerdo a su preparación para en un futuro inmediato, insertarse socialmente en un trabajo o bien para seguir estudiando en ciclos de enseñanza terciaria, superior o universitaria en cualquier rama.
Por tanto queda claro que no se evalúan los currículum de los países o qué enseña cada país. O sea que no es cierto que OCDE se entrometa en nuestros planes de estudio. Solo evalúa.
En esas pruebas participan principalmente países desarrollados. En las correspondientes a 2012, participaron 65 países, de los cuales unos 30 son de los más desarrollados del mundo, como los EE.UU., Canadá, Corea, Japón, la Unión Europea. Y además de América Latina.
En la primera parte que tiene que ver con la comprensión lectora, los estudiantes de acuerdo a su capacidad quedan ubicados en el nivel uno los que demuestran una capacidad elemental y poca comprensión; en el nivel 6, el superior, es donde están los que comprenden textos complejos, sacan deducciones y hasta información que se deriva de lo leído.
Lamentablemente los resultados para los estudiantes de Uruguay y el resto de América Latina son muy malos tanto en lectura como en matemática o ciencias. En promedio general tienen entre un 40 a un 50% de sus estudiantes de 15 años de edad, en el nivel 1.
Eso revela muy poca idoneidad tanto para conseguir trabajo como para seguir estudiando. Lo cual para el sub continente es muy negativo.
Haber participado desde hace 10 años en esas pruebas nos permite saber hoy si mejoramos o empeoramos en los resultados obtenidos.
Uruguay tiene algunos estudiantes con muy buena educación que están en niveles superiores al igual que los países más desarrollados y tiene entre la mitad o dos tercios que están en los niveles bajos predominantes en toda Latinoamérica.
Según el señor Ravela, Uruguay tuvo como preocupación fundamental en los últimos años la incorporación al sistema de los estudiantes desertores y en mejorar el tránsito de los alumnos de Primaria a Secundaria, a través de programas como “Aulas comunitarias” y “Tránsito Educativo”. No obstante se admite a nivel oficial que se ha logrado poco porque los índices de repetición siguen siendo muy altos.
Según el referido director, los planes PISA dejan en evidencia, cómo y qué enseñamos a los estudiantes en compresión lectora, matemática y ciencias. Sintetizando; cómo y qué trasmitimos a los estudiantes. Y admite que los estudiantes repiten o abandonan porque se aburren debido a que se les pide que aprendan cosas de memoria y pocas veces se hacen aplicaciones prácticas o bien usar el método de la deducción lógica en la investigación científica.
Esa declaración del director pone en evidencia que el nivel de los docentes que están impartiendo los programas deja muchísimo que desear. Porque si los alumnos no tienen comprensión lectora, la única forma de “decir la lección” es repitiendo de memoria lo que leyó sin entender. Y si eso los aburre --lo cual es lógico-- es porque los maestros y profesores de los cursos anteriores y ellos mismos, les debieron enseñar a comprender lo que leen. Pero eso es imposible si a su vez a esos maestros y profesores les exigen que los alumnos “tienen que pasar de clase”, a lo cual tampoco ellos han opuesto las resistencias que debieron poner y que solo usan para pelear por su salario, deteriorándose así el nivel educativo hasta lo que es hoy. Un desastre.
Y mientras la izquierda siga siendo mayoría en el magisterio y el profesorado nacional, el deterioro educativo y cultural va a seguir inexorablemente. Porque no admiten que si bien todos “somos iguales ante la ley”, todos somos biológicamente diferentes y las diferencias se descubren con la exigencia y la evaluación. Y detectadas se aplican las medidas técnicas necesarias para que cada cual aproveche en la medida de sus condiciones. Pero dejando claro que hay que “igualar hacia arriba” y no condenar a los más hábiles, frenándolos para “igualarlos” a los más lentos. O pasando a todos de clase aunque algunos estén lejos de lo suficiente. Haciéndoles creer que saben, hasta que choquen contra la realidad.
La última Ley de Educación N°18.437 fue aprobada en el gobierno del doctor Vázquez a impulso del Frente Amplio en diciembre de 2008. Se creó el Ineed para hacer evaluaciones desde fuera del sistema para lo cual se usan las pruebas PISA organizadas por OCDE. La ley dispuso que representantes de los gremios docentes integren las autoridades de la enseñanza en todos sus niveles.
Pero cuando se evalúa el rendimiento de los alumnos y los resultados son deplorables y alarmantes, por decir lo menos, esos representantes docentes en los consejos directivos de la enseñanza, todos frenteamplistas, que son a su vez responsables de esos resultados, ponen el grito en el cielo. Es más, han llegado a exigir que Uruguay se retire de esas pruebas PISA alegando que eran poco menos que una “herramienta del capitalismo discriminatorio” y que había que inventar otras pruebas evaluatorias fuera de la OCDE, solo para latinoamericanos. O sea bajar la altura de la valla para que puedan saltarla más estudiantes y después de hacerse “trampas al solitario”… poder dormir tranquilos. Se está jugando el futuro de nuestra juventud. De sus hijos o nietos.
Usted puede salvarlos para que puedan trabajar o estudiar con éxito. Depende de lo que vote en el 1° de junio y en las elecciones de octubre.
Edil ingeniero Ramón Appratto Lorenzo
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