Opinion | 27 Feb Muchas veces las pequeñas iniciativas representan grandes logros para una comunidad y su entorno. Con esa idea, el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) se viene desarrollando exitosamente en Uruguay, siendo numerosos los grupos locales y comunitarios que han contado con su apoyo.
El programa funciona en países en desarrollo de todo el mundo desde el año 1992, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) e implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Apoya actividades de organizaciones de la sociedad civil en los temas ambientales relativos a la conservación de la biodiversidad, mitigación y adaptación al cambio climático, protección de las aguas internacionales, reducción de los impactos de los contaminantes orgánicos persistentes y la prevención de la degradación de la tierra, apuntando a su vez a generar un desarrollo sustentable.
Desde esta perspectiva, promueve y apoya la participación de las comunidades, las poblaciones locales, las organizaciones no gubernamentales y la de otros actores institucionales involucrados en todos los aspectos de planificación, diseño e implementación, la creación de asociaciones entre los involucrados para ampliar el alcance del programa y para comunicar y replicar las iniciativas exitosas.
Asimismo, promueve el aumento de la concientización pública de los asuntos ambientales globales y cambio de actitudes y prácticas públicas, así como la influencia sobre programas y políticas medioambientales gubernamentales, además de la movilización de recursos en efectivo o en especies, para apoyar la sustentabilidad de los proyectos.
La convocatoria en nuestro país es organizada apoyo del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y los numerosos proyectos apoyados y desarrollados exitosamente en los últimos años confirma, por un lado la necesidad de este instrumento y, por otro, su impacto positivo en las comunidades y su entorno fomentando y consolidando lazos de solidaridad y vinculación entre las personas e instituciones de un lugar.
En Paysandú, este programa ha permitido financiar, por ejemplo, la campaña de forestación con árboles autóctonos realizada por el grupo Paysandú Nuestro en la costa sanducera --que lamentablemente ha sufrido el vandalismo--, un proyecto de apoyo al desarrollo del turismo náutico en la futura área protegida de Montes del Queguay, o la creación de senderos autoguiados e instalación de cartelería en Saladero Guaviyú. Se trata de intervenciones puntuales que aúnan el apoyo económico a las iniciativas con el compromiso y empuje de la población local, cosas que implican transformaciones de pequeño o mediano alcance pero que hacen la diferencia para locales y visitantes.