Locales | 24 Feb El director del Instituto del Niño y el Adolescente de Uruguay (INAU), Javier Salsamendi, estuvo en Paysandú y por una gestión del diputado Walter Verri visitó el Instituto Aprodime-Bárbara Inhelder, donde recibió el pedido de un mayor apoyo del organismo estatal a la institución privada. Si bien Salsamendi reconoció los altos costos que tiene esta institución, dijo que el INAU apoya muchas similares e invierte todo su presupuesto anual en esto, así como en atender sus diversas obligaciones legales.
“Esto es un servicio de atención a personas con discapacidades particularmente motrices, de los tantos servicios que hay en todo el país. El INAU es el organismo que atiende la mayor cantidad de casos de discapacidad en tiempo parcial y tiempo completo”, indicó a EL TELEGRAFO Salsamendi, quien visitó la institución por primera vez: “el lugar no lo conocía”. Admitió que “este tipo de servicios tiene costos muy altos, porque tiene mucho personal, es un trabajo muy cuerpo a cuerpo con el requerimiento de un personal muy capacitado”.
El jerarca agregó que “estamos en el último año y en el límite del presupuesto, y con riesgo de rebasar los créditos presupuestales que tenemos. Estamos en el monto máximo de lo que el Presupuesto Nacional nos autoriza a transferir. Porque está el aporte que se hace en dinero, está la supervisión que se debe realizar y el apoyo que la división Convenios brinda a este tipo de emprendimientos”.
Sobre en qué se invierte el presupuesto, Salsamendi dijo que “el INAU tiene tres costos que son muy altos, y que son difícilmente controlables por nosotros. Uno son los servicios de seguridad, lo que comúnmente se denomina 222 y que ahora tiene otra modalidad; los costos vinculados a clínicas psiquiátricas y centros de medio camino, que es muy alto y va aumentando en función de lo que resuelven, incluyendo Salud Pública, por lo que no es algo que manejemos nosotros; y después todo este tipo de servicios y convenios donde hay un costo que nos viene de las resoluciones del Consejo de Salarios en los cuales el INAU no está representado. Son tres costos no previsibles, y uno puede plantearse determinadas cosas pero después el aumento nos complica, por la cantidad de chiquilines que se atienden y los demás costos que tiene el servicio”.

SOBRE ALDEA DE LA BONDAD
Consultado sobre otra de las instituciones sanduceras con problemas de presupuesto, Aldea de la Bondad, que en su chacra de pueblo Porvenir atiende a 46 personas con problemas de discapacidad mental, dijo que “en realidad en Paysandú, según lo que tengo presente de memoria, los problemas no eran tan graves, el tema es que es la misma asociación que tiene un servicio en Salto, donde la cantidad de personas que se atienden (tiene más de 100 internos) es un número mucho más importante que el que hay en Paysandú y con discapacidades más graves. Pero el problema es interno de la propia asociación de encontrar puntos de equilibrio entre los dos servicios”.
Indicó que el INAU “dio un aumento reciente, sobre fin de año y en enero tuvimos un acuerdo refrendado en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que tenía que ver con el trabajo en la Aldea de la Bondad, y fue un reclamo que fue atendido”.

MAYOR EJECUCIÓN ANUAL
Sobre su relacionamiento con la sociedad, Salsamendi aseguró que “el INAU es el organismo del Estado que más trabaja con organizaciones sociales, y con transferencia efectiva de poder de gestión a las instituciones organizadas, donde tenemos un desarrollo muy grande, y lo mismo ocurre en cuanto a los convenios. Es el organismo del Estado que, por lejos, es el que más trabaja con este tipo de planteos, y tenemos en general una buena relación con las organizaciones y demanda un trabajo de supervisión muy grande desde el punto de vista contable. Tenemos casi 90.000 gurises en todo el país”.
Como ejemplo de ese apoyo, el jerarca dijo que “en este momento estamos en el último año y el límite de la ejecución presupuestal, y seríamos muy malos administradores si estuviéramos llegando al último año sobrados de plata, hay que hacer rendir lo que se tiene pero hay que ejecutarlo también”. En este sentido, indicó que “terminamos el año pasado siendo el organismo que tuvo mayor nivel de ejecución del Estado uruguayo. Acá peso que cae es un peso que se va, y si nos mandan más plata tenemos un montón de ideas de dónde ponerla”. Pese a que reconoce que el INAU es “un organismo ejecutivo”, sostuvo que “tiene la burocracia de todo el Estado. Estamos trabajando muy fuertemente en un proceso de reorganización institucional y uno de los aspectos, que es general en todo el Estado pero hablamos de lo particular del INAU, es agilitar lo más posible los trámites. Todavía demoramos demasiado en algunos expedientes y ese tipo de cosas, no solo por cuestiones internas del INAU sino también por cuestiones propias del Derecho Público. Y que en algunos casos, como lo ha planteado el presidente de la República y estoy totalmente de acuerdo, debería revisarse fuertemente el Derecho Público, que es una máquina de trancar más que de permitir hacer. Pero en esos márgenes, la ejecución en el INAU es razonablemente buena”.