Antonio Cáceres

Deportes | 24 Feb Sin dudas que la Sub 18 de Paysandú dejó pasar la oportunidad de por lo menos recoger un empate en su visita a Salto, por la primera final del Litoral Norte, porque esta vez contó con todo el plantel a su disposición, pero volvió a cometer errores que fueron claves para que el dueño de casa se quedara con la primera final.
Con relación al partido, el técnico sanducero, Antonio Cáceres, dijo que “tuvimos la mala fortuna en esa incidencia de Damián Rodríguez, en la que quiso restar esa pelota, pero le pegó mal y terminó marcando el segundo gol de Salto. Pero en el tercero cometimos un error y ellos lo aprovecharon, perdimos las marcas y fue el 3 a 1”.
También se refirió al resultado final y expresó que “por suerte tuvimos paciencia y vino ese gol sobre el final, acortando distancias y esto nos deja con chances de lograr el objetivo cuando oficiemos como locales”.
Por otra parte, y sobre el juego demostrado por su equipo, manifestó que “los clásicos son complicados jugarlos bien porque son muchas cosas las que están en juego, pero de todas maneras lo intentamos. Es cierto que fuimos un poco desprolijos, pero vino ese descuento que puede darnos vida en el próximo partido”.
Que a la Pay 18 le está costando cerrar los partidos, no es novedad. Y así lo entiende también el técnico, que al respecto aseguró que “nos está faltando tranquilidad para manejar los partidos. Nos vamos muy a la ofensiva y nos descuidamos en el fondo; en una palabra nos falta mayor equilibrio, perjudicando el funcionamiento del equipo. Tenemos que ir a buscar el arco contrario pero no podemos quedar mal en el balance, y es ahí cuando nos toman mal parados y por eso nos convierten fácilmente. De todas maneras el resultado no nos deja mal parados y vamos a definirlo en casa”.
Sobre cómo puede ser el próximo partido, dijo que “en los clásicos se juegan así, con mucha fuerza, con un Salto que es un muy buen equipo, que saben utilizar muy bien el cuerpo, pero nosotros vamos a intentar jugar y es solo un gol”.
Ahí está la esperanza sanducera: en hacerse fuerte en casa.