Paysandú, Sábado 08 de Marzo de 2014
Locales | 02 Mar La presencia de rastros de arsénico en el agua corriente, detectados por Salud Pública, puso en alerta a los vecinos de Young. El Ministerio de Salud Pública (MSP) otorgó un plazo de 10 años para superar el problema y el presidente de OSE, Milton Machado, aseguró que actualmente la calidad del agua es aceptable.
El directorio de OSE llegó a Fray Bentos con el propósito de responder a una serie de inquietudes planteadas por la Junta Departamental de Río Negro. Previamente se reunieron con el intendente Omar Lafluf y su equipo de asesores.
“Permanentemente estamos haciendo monitoreos y sin duda (Young) no es el lugar de mejor calidad de agua pero se entrega apta para consumo humano y cumpliendo el decreto bromatológico” informó a El País el presidente del organismo, Milton Machado.
En la sede de la Junta Departamental, explicó que se trata del decreto bromatológico de 2011 en el que participaron los ministerios de Salud Pública, de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, OSE y la Ursea.
En algunos pozos de Young, la presencia de arsénico es de 37 miligramos por litro, razón por la que habrá que implementar una solución de futuro.”La normativa se hizo más restrictiva y pasó de un valor máximo permitido de 50 a 20 miligramos por litro” informó el presidente de OSE.
“Aquí se habla del efecto acumulativo en 20 años, y tiene relación a la frecuencia y concentración de la sustancia” indicó Machado, al aclarar que Salud Pública le otorgó un plazo de 10 años para corregir este problema.
“La solución será a través de un acueducto desde el río Uruguay (no menos de 30 kilómetros) o un parque de perforaciones con nuevas tecnologías y un proceso de ósmosis inversa. Eso habrá que estudiarlo”, dijo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el arsénico está presente de forma natural en niveles altos en las aguas subterráneas de varios países. Se trata de un elemento muy tóxico en su forma inorgánica. Su mayor amenaza para la salud pública reside en la utilización de agua contaminada para beber, preparar alimentos y regar cultivos alimentarios.
La exposición prolongada al arsénico a través del consumo de agua y alimentos contaminados puede causar cáncer y lesiones cutáneas. También se ha asociado a problemas de desarrollo, enfermedades cardiovasculares, neurotoxicidad y diabetes.
La intervención más importante en las comunidades afectadas consiste en prevenir que se prolongue la exposición al arsénico implantando un sistema seguro de abastecimiento de agua potable.
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