Paysandú, Miércoles 19 de Marzo de 2014
Rurales | 15 Mar Una de las frases más “trilladas” en la ciencia agronómica es aquella que reza: “Cada predio o establecimiento comercial es un sistema de producción en sí mismo y, por lo tanto, existen tantos sistemas de producción como establecimientos rurales”, manifestó a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Gianni Bianchi.
Sin ánimo de contradecir dicha “sentencia”, a grandes rasgos se pueden identificar tres sistemas de producción ovina en el país, generalmente --pero no únicamente-- localizados en determinadas zonas del país y con diferentes posibilidades desde el punto de visto agro-ecológico de mejoras en el ambiente. En este sentido y yendo del más extensivo al más intensivo, el profesional que está cargo desde 1996 de los sistemas de cruzamientos de ovinos en la Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni” (Eemac) de Facultad de Agronomía, manifestó cuáles serían:
Sistema lanero (particularmente de lana fina y súper fina) “con venta de borregos tras la esquila de los dos primeros vellones. Con una composición del stock donde existen categorías solteras y donde las ovejas de cría representan una proporción del total tal que asegure la reposición”.
“Sistema de ciclo completo, donde el tema racial es mucho más variado --aunque refleja la estructura racial del país--, con venta de corderos pesados con un año de edad y con una composición del stock más criadora”.
Y sistemas carniceros, “donde empiezan a tener cabida las razas especializadas en producción de carne, los biotipos maternos y también --¿por qué no?-- las razas tradicionales laneras, pero manejadas de forma intensiva. En estos sistemas no hay categorías solteras y la mejora del ambiente es parte significativa del propio sistema”. Con esta síntesis, “que por eso mismo peca de simplista, definimos los tres sistemas de producción ovina mayoritarios del Uruguay --aunque con claro predominio del segundo, o al menos de los dos primeros-- y vamos a concentrarnos paradojalmente en el tercero”, explicó el profesional.
“¿Por qué? Pues porque a pesar de ser el menos importante, es sin duda donde la profesión agronómica, y también veterinaria, gozan --porque de eso se trata-- de la posibilidad de aplicar los conocimientos aprendidos durante la carrera”. “Mencionamos la palabra conocimiento, que viene de ciencia. Este hecho es muy importante, porque la producción pecuaria --toda, incluyendo, por supuesto, a la oveja-- es o debería ser llevada adelante mediante la aplicación de la ciencia. Pero además, todos los sistemas pueden tomar conceptos y prácticas de aplicación a sus sistemas de producción, mientras que el viceversa no es posible en este caso. No sólo porque el nivel de intensificación es bajo, sino porque muchas de las cosas que se aplican son referentes a la mejora de la lana, importantísimo en los otros sistemas, sobre todo en el primero, pero despreciable en el sistema carnicero”, puntualizó.
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