Opinion | 15 Mar El arribo hace pocas horas, con contenedores vacíos, del portacontenedores “Provincias Unidas”, para encarar la próxima semana el viaje inaugural con mercadería contenerizada, tiene un significado removedor para Paysandú y la región, porque supone potenciar el instrumento logístico que está adquiriendo importancia vital para la producción en el litoral norte del país, y que por esta incorporación se proyecta con enormes posibilidades para una vasta región.
Durante muchos años, demasiados, el puerto de Paysandú y el transporte fluvial a lo largo del río Uruguay han estado postrados y abandonados, por una serie de circunstancias, pero sobre todo porque desde el gobierno central se fue desestimando este instrumento y en cambio se priorizó sistemáticamente el puerto de Montevideo y en menor medida el de Nueva Palmira como aportes para la salida de la producción.
Fundamentalmente se dejó de dragar el río Uruguay, y hemos desestimado así un río que ya quisieran tener por ejemplo los europeos, que surcan con sus embarcaciones y millones de toneladas de mercaderías al año verdaderos riachos que llamarían a risa si no fuera porque aparecen navegando por ellos buques de buen porte, mayor que el del “Provincias Unidas” pero además por trenes de barcazas y naves de todo tipo --naturalmente también turísticas-- para aprovechar hasta el menor curso de agua que se mete profundamente en cada país y rincón de Europa.
Naturalmente, no son comparables los escenarios, empezando por la actividad, el desarrollo y la población en el viejo continente con lo que tenemos por estas latitudes, pero es por lo menos una muestra de todo lo que se puede hacer en el transporte fluvial si se dan las circunstancias y se está a la altura de las responsabilidades, y salvando las diferencias en cuanto a las posibilidades de canalización de inversiones ante el retorno previsto.
Y en este caso el “Provincias Unidas” ha llegado con cargas vacías en cuanto a los recipientes, pero pleno de expectativas en realizaciones de las que debemos hacernos eco los sanduceros y una vasta región que por muchos años vivió de espaldas al río que nos vio nacer y a partir del cual, en otros tiempos, se fue apoyando el desarrollo de la región. Debe tenerse presente que las inversiones que la Administración Nacional de Puertos (ANP) ha volcado al puerto de Paysandú en las dos últimas administraciones han permitido que la producción de una vasta zona ya cuente con un instrumento que había sido reclamado durante muchos años por las fuerzas vivas locales, como así también a través de la prédica de EL TELEGRAFO, para dotar de una salida confiable y barata hacia ultramar a mercaderías de gran volumen y bajo valor relativo que son objeto de un fuerte encarecimiento por los costos del flete carretero. La grúa multicargas Liebherr, de cuarenta toneladas de capacidad de elevación, adquirida por la ANP para Paysandú, está en condiciones de mover contenedores de veinte y cuarenta pies, que es el elemento diferencial con que pasa a contar desde ahora el puerto sanducero frente a otras terminales de la región, teniendo en cuenta que gradualmente esta modalidad de cargas se ha impuesto en todo el mundo.
En este caso se apunta además a concretar en el futuro próximo la complementación con puertos como el de Concepción del Uruguay, de forma de que los buques portacontenedores puedan llegar hasta Paysandú y completar la carga en la terminal entrerriana, con vistas a una salida de ultramar que potencie la competitividad de commodities de esta orilla y también de una zona productiva tan amplia como la de Entre Ríos y Paraguay, teniendo en cuenta la ubicación estratégica de Paysandú para captar contenedores desde ese país, incluyendo refrigerados para el transporte de carne.
A la vez, las inversiones de la ANP --un organismo que ha actuado con seriedad y cumplido con los compromisos que ha ido asumiendo-- comprenden el refuerzo de muelles, sobre todo el del sector sur, donde se habilitó la playa de contenedores, instalación eléctrica, recuperación y modernización de las dos antiguas grúas del puerto, refuerzo de pilotes en el área sur y del sector de La Farola, incorporación de tolvas, entre otras obras, lo que ha dejado al puerto de Paysandú en condiciones de absorber gran parte de las cargas que hasta hace pocos años solo tenían la opción del transporte carretero. Y aunque se ha trabajado en el dragado del canal de Almirón para permitir el arribo de barcos de hasta 16 o 17 pies de calado aún con el río en estiaje, y se culminó el proceso de la consultoría por la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) para llevar adelante el proyecto de dragado y balizamiento del cauce desde el kilómetro cero hasta Paysandú, está pendiente todavía la ejecución de este proyecto integral de dragado para complementar lo que está llamado a ser un factor revulsivo para impulsar el transporte fluvial a través del sistema de puertos del río Uruguay, en base a las características de cada uno, sin olvidar la posibilidad de instalación de puertos privados, como sería el caso de Casa Blanca, para mover cargas específicas. Es decir que a lo largo del río Uruguay, en unos pocos años, se ha tejido la trama para dar un salto cuantitativo y cualitativo que mucho necesita la región para catapultar la modalidad del transporte fluvial, apuntando además a integrar una red de transporte multimodal, que incluya además al ferrocarril todavía ausente, para el salto de calidad que necesita la logística regional ante las exigencias que plantea el tercer milenio.