Opinion | 20 Mar El último relevamiento sobre la presencia del mosquito transmisor del dengue en Paysandú reveló la existencia de un alto grado de infección con el mosquito aedes aegypti, lo que vuelve a encender una señal de alerta en el departamento, especialmente por su condición fronteriza, el alto tránsito desde y hacia Argentina por el puente internacional General Artigas y la proximidad de Semana de Turismo.
De acuerdo a lo informado desde la Dirección Departamental de Salud, los resultados de la última encuesta LIRA (que busca larvas del mosquito a nivel domiciliario) indican que el 6,8% de los domicilios sanduceros tienen aedes aegypti.
Esta situación se da en un contexto regional en el que varios países de América Latina --entre ellos nuestros vecinos Argentina y Brasil y Paraguay-- tienen dengue autóctono y algunos de ellos también epidemias de dengue. Latinoamérica presentó el año pasado más de dos millones de casos clínicos de dengue y más de mil muertes, fundamentalmente en las áreas tropicales de la región, y con aumento considerable de la incidencia de la enfermedad en naciones como Paraguay, Colombia, Costa Rica y Brasil.
Según estadísticas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) hasta noviembre de 2013 se habían registrado más de 32.000 casos del dengue hemorrágico, el más severo de esta enfermedad transmitida por el mosquito aedes aegypti. La mayor afectación corresponde a Paraguay, que atraviesa la peor epidemia de dengue de su historia, con 242 muertos en lo que va de 2013, es decir triplicando las cifras de 2012. Lo mismo ocurre con los casos de infección, que pasaron de 30.823 el año pasado a 150.000 este año.
Para Paysandú, tener casi un 7% de infestación por aedes aegypti es un riesgo importante, especialmente si consideramos que en noviembre de 2013 se había logrado disminuir dicho porcentaje a un 1,5%.
Ante esta situación, vale la pena repetirlo: la clave para seguir evitando el dengue somos todos nosotros. Es parte de nuestra responsabilidad como ciudadanos contribuir a la salud pública, la propia y la de nuestras familias, eliminando todo tipo de cacharros y objetos que puedan acumular agua y se conviertan en potenciales criaderos para el aedes aegypti. Todos tenemos algo que hacer --y también todos sabemos qué es-- para seguir siendo un país libre de dengue autóctono.