Locales | 17 Mar La oficialmente llamada Basílica Menor Nuestra Señora del Rosario, privilegio concedido por el Papa Pío XIII a finales de la década de 1940 --son muy pocas las así distinguidas en el mundo-- y, desde sus azarosos orígenes en la segunda mitad del siglo XIX, Parroquia de San Benito de Palermo (el santo negro cuya imagen preside el altar mayor), es un Monumento Histórico Nacional. Sin embargo, para su restauración, encarada contra “viento y marea” por el sacerdote salesiano Antonio Mazza, no hay ningún apoyo económico oficial tanto a nivel nacional como departamental, por lo que se lleva adelante con el esfuerzo de la comunidad sanducera y los aportes ---ahora raleados por la situación imperante en Europa-- de organizaciones cristianas del viejo continente.
Como se ha informado en cada una de las etapas, el camino técnico ha sido trazado de manera tal que no se arriesgue la etapa que será más directamente apreciada por los visitantes, como son las pinturas interiores que pertenecen al pintor italiano Francisco Buscaglia. Tales imágenes fueron afectadas por la constante humedad que durante décadas fue filtrándose fundamentalmente desde los techos originales del templo. Lo planificado por el estudio de arquitectura Collet-Neri, de Montevideo, especializado en restauraciones de edificios históricos, fue la reconstrucción del enorme techado de la nave central, cúpula, sectores laterales y todos aquellos sitios elevados que pueden filtrar humedad al interior. Esto fue realizado con el empleo de mano de obra y provisión de materiales a nivel local y ahora se encara toda la instalación eléctrica a nuevo para suplantar un cableado de tela y hasta llaves de giro que se colocaran a comienzos de 1900, cuando el templo tuvo el servicio de energía eléctrica que inaugurara en nuestra ciudad la usina de don Martín Etchebarne, ubicada en lo que hoy es la piscina del Club Remeros Paysandú. Pero también se hará el recambio del casi medio millar de luminarias con que se cuenta y que pasarán a ser de última tecnología a efectos de la mayor racionalización en el consumo.
Pinturas
Hace unos meses estuvo en nuestra ciudad una técnica universitaria española especialista en restauraciones, quien tomó distintas muestras a los efectos de investigar en Europa los componentes que, efectivamente, habían empleado Buscaglia. Ello permitirá que la tarea sea completa y al ingenio y capacidad creativa de quienes encaren la repintura de las imágenes, se sume el empleo de los productos químicos que mejor se adapten, con el objetivo final de que al concluirse la obra se tenga una idea cabal de cómo fue presentado el templo a la comunidad sanducera en los albores de 1900. Hay que recordar que la tarea del estudio Collet-Neri comenzó precisamente con la restauración pictórica del altar de la virgen María Auxiliadora, donde existía una dificultad adicional puesto que habiéndose intentado una recuperación -décadas atrás- las imágenes habían cambiado sus formas y los colores no tenían nada que ver con los originales por lo que rápidamente se detuvo ese intento, que no estaba basado en un planteo técnico capacitado que cumpliera las finalidades de una restauración que --básicamente-- tiene la obligación de respetar la obra original en toda su concepción.

APOYO
Esta obra se costea con el apoyo voluntario de la comunidad de Paysandú, ya que, como ha señalado el padre Mazza, “felizmente estamos recibiendo ayuda de mucha gente de Paysandú y la región, con la sorpresa de que su buena voluntad va más allá de la religión que se profesa. Seguramente todos comparten el criterio de que la Basílica es un símbolo de nuestra ciudad que, al cabo, hace mucho tiempo ya fue distinguido como Monumento Histórico Nacional”.
Las personas y empresas que deseen hacer su aporte deben comunicarse con el citado religioso en forma personal o solicitar en la oficina parroquial los datos sobre números de cuentas corrientes en bancos, así como maneras directas de colaboración para con esta obra de recuperación integral de la Basílica Nuestra Señora del Rosario y Parroquia de San Benito de Palermo.