Paysandú, Domingo 23 de Marzo de 2014
Locales | 23 Mar El economista Gabriel Oddone, de la consultora independiente CPA Ferrere de Montevideo, presentó un estudio sobre la actualidad económica del país y su proyección para el próximo año, destinado a empresarios y comerciantes. La charla tuvo lugar en la sala de conferencias del Mac Center Shopping y fue organizada por Barraca Sanitaria Paysandú.
Comenzó su exposición detallando la situación internacional, empezando por Estados Unidos, para continuar con la región y los vaivenes de las políticas monetarias y de comercio exterior de Argentina así como el estancamiento actual de Brasil, para terminar con un amplio análisis de la posición actual de Uruguay y el desempeño esperado de la economía durante el presente año.
Respecto a Estados Unidos, aseguró que de acuerdo a los indicadores económicos podría considerarse que la crisis de 2009 ya ha sido superada, con un crecimiento anual del Producto Bruto Interno (PBI) del 2%. Explicó que una de las medidas que en su momento tomó la Reserva Federal de ese país para reactivar el consumo, fue recortar las operaciones de compra de títulos a través de una reducción en las tasas de interés de referencia que maneja el banco central prácticamente a cero, de forma de hacer menos atractiva la colocación del dinero y que quede mayor circulante.
De esta forma los países emergentes --entre ellos Uruguay y Brasil-- se vieron beneficiados por un alto flujo de capitales que llegaron a estas regiones en busca de mayor rentabilidad. Sin embargo, de restablecerse las tasas de interés y los valores “normales” de los títulos del Tesoro en Estados Unidos –que ocurriría a fines de 2015--, esos mismos capitales volverían a dar seguridad al país del norte, mucho más atractivo para los inversores. Esto significa una buena noticia para Uruguay en el mediano plazo, porque un cambio en ese sentido representaría “una aspiradora de recursos de los países emergentes hacia los países industrializados”, dijo Oddone. De hecho, el solo anuncio del incremento de las tasas de interés --que finalmente no se llevó a cabo-- determinó una revalorización del dólar a nivel global en mayo del año.
Dijo que una posible “revalorización del dólar es muy relevante para Uruguay porque los precios de lo que exporta en relación a lo que importa el país no van a crecer al mismo ritmo”, así como que “la gente va a ser menos rica en dólares, va a comprar menos electrodomésticos, menos automóviles, va a viajar menos”, relativizó.
“El mundo ya no nos va a permitir seguir siendo ricos en dólares”, finalizó al respecto y concluyó este tramo en que “Uruguay no va a disfrutar, como disfrutó en los últimos diez años, de una abundante liquidez; no va a haber un flujo de capitales viniendo de manera masiva. Van a venir solamente cuando los proyectos sean sustancialmente rentables y sostenibles en el tiempo (…) Esta combinación maravillosa (para Uruguay) que era abundante dinero, barato y precios de exportación altos, lentamente desaparece”.
SITUACIÓN ARGENTINA
En relación a la Argentina dijo que está consolidando “una estanflación; es una economía que no crece y que tiene inflación alta”, pero aclaró que “esto no tiene nada que ver con lo que pasó en 2001. Muchos en Uruguay creen que estamos a punto de ver una implosión de la economía argentina; eso es un disparate. Argentina no va a tener un episodio explosivo”, y “por lo tanto para Uruguay las consecuencias de este escenario no tienen nada que ver” con lo que sucedió en aquel momento, enfatizó. Además, “afortunadamente después de mucha improvisación, de mucho caos y mucho desorden en la economía, hoy desde diciembre a la fecha parece haber un plan económico. Un plan en el cual la mayoría de los economistas discrepamos por su orientación, pero al menos hay un plan. Y eso no es una buena noticia para Uruguay a corto plazo pero si es una buena noticia de cara al 2015”. Destacó que ahora el vecino país sinceró su economía, con estadísticas más confiables, se sometió a la auditoría del Fondo Monetario Internacional (FMI) --lo que podría abrirle puertas para pedir dinero--, hizo un muy buen acuerdo con Repsol tras haber expropiado YPF, para luego asociarse a una petrolera de primer orden a nivel mundial como es Chevron, eliminaron el sistema de importación --exportación del “uno a uno”--, por el cual sólo se permitía importar algo si anteriormente la misma empresa ya había exportado por el mismo valor, se flexibilizó el cepo cambiario y además, se redujo la brecha entre el dólar oficial y el “blue”, que es el que tiene el valor real. Pero de todas formas sostuvo que “Argentina va a crecer entre 1 y 2 por ciento”, cuando “la población crece al 1 por ciento anual”, por lo cual en realidad el incremento de PBI es equivalente a 1%. Pero Argentina va a un escenario de inflación alta, probablemente de 60 o 70%, porque “necesita deteriorar el poder adquisitivo” para reducir el consumo, y “eso se logra a través de reducir el salario”.
“Argentina tiene tres hitos muy importantes en los próximos meses. Si los atraviesa con éxito, se pone en dirección de ordenarse para el año que viene. Si tiene un accidente en alguno o en más de uno de ellos, seguirá en este limbo de parecerse más a Venezuela que a los demás” países de la región. Los tres desafíos son la negociación con el Club de París --sus acreedores históricos--, para poder volver a los mercados; la cosecha agrícola, que parece ser muy buena este año, con muy buen precio de la soja; y por último las negociaciones salariales, que necesariamente deben reducir el poder adquisitivo de la gente. Si supera exitosamente estos temas, “el kirchnerismo no se va a ir por la ventana. Y eso para Uruguay es muy importante porque el Uruguay tuvo los puentes cortados por el kirchnerismo (…) el problema hoy es con Argentina pero en particular con el kirchnerismo”. En lo económico vendrá una etapa de mucha volatilidad, con variaciones de precios, pero en relación a Uruguay “va a permanecer barato”, por lo cual nuestro país no va a ser competitivo en relación a ellos. Argentina va a ser una fuente de más problemas a corto plazo”, y Uruguay ya está recibiendo un “shock regional”, cuando nuestro país tiene “muy poco margen de maniobra porque es año electoral, y porque la política económica tomó decisiones de rigidizar en exceso los salarios”. Como resultado, “Uruguay este año va a hacer malabarismos pero la va a ir postergando”.
IMPACTO EN URUGUAY
Eso “supone que no nos vamos a ir dando cuenta de este tema, vamos a ir tomando conciencia de la magnitud del problema más sobre fin de año”, aunque “los sectores de exportación al mundo lo van a ver poco”, mientras “los sectores orientados a la región lo van a ver muchísimo, y los sectores del mercado interno todavía no comprendieron la magnitud del iceberg que tienen enfrente, pero se van a dar cuenta sobre todo después del Mundial”, dijo el economista.
Este shock regional se debe a que “los dos socios regionales están creciendo poco, y además se están abaratando respecto a Uruguay”. Brasil apenas crece un 2%, similar a su tasa de crecimiento poblacional. En tanto, “sigue con un desempeño muy mediocre; es el gigante que siempre está por despertar” pero “pasaron 50 años y eso no pasó y no va a pasar”.
“Cuando el mundo lo ayude mucho va a crecer al 4 ó 5%” pero luego volverá a estancarse”, aseguró Oddone. “Ese es nuestro principal socio comercial, del cual algunas autoridades dicen que debemos pegarnos más”, y “es como colgarnos un ancla en el cuello”, sentenció.
“En relación al promedio histórico de los últimos 30 años, Argentina hoy está entre un 20 y un 40% más barato (que Uruguay)”, dependiendo qué cotización de la moneda se tome (dólar blue u oficial). “Con respecto a Brasil en los últimos dos años también nos encarecimos” y estamos “aproximadamente un 30% más caros” que nuestros vecinos del norte. Por otra parte, “las exportaciones netas de servicios turísticos (relación entre lo que los extranjeros compran en Uruguay menos lo que los uruguayos compran en el exterior) en 2011 arrojaban un saldo neto favorable de 4 puntos del PBI, 2000 millones de dólares a favor en la balanza comercial de servicios turísticos. Hoy estamos en 1,2 puntos del PBI”.
“Esto quiere decir que hay menos extranjeros comprando en Uruguay, pero sobre todo que hay muchos uruguayos comprando en el exterior”, concluyó el disertante.
Además de esto, “la tasa de empleo en Montevideo muestra que hay 15.000 personas menos ocupadas que hace dos años atrás. Esto quiere decir que aproximadamente el 2% de la población económicamente activa está menos ocupada hoy que hace dos años. Ya el efecto (del shock regional) se siente poco, pero se siente”. Sin embargo, eso no se tradujo en un aumento lineal de la tasa de desempleo porque hay menos gente buscando trabajo (el desempleo es la relación entre los que buscan trabajo y los que están empleados). Mientras tanto, “el salario privado va a seguir creciendo en términos reales, pero a un ritmo muy diferente del que venía aumentando”, y hay “sectores donde claramente puede estar cayendo en algún momento de 2015, en particular en el área de textiles, autopartistas”, etcétera.
“La perspectiva es que este año vamos a crecer entre 2 y 3%; estamos en terreno positivo, no hay nadie que esté pronosticando un escenario de crisis, pero estamos claramente en un escenario que en lugar de crecer un 4 o 6% como veníamos creciendo vamos a crecer a una tasa sustancialmente menor”, y la gente está acostumbrada a gastar y endeudarse en relación a ese crecimiento. “Le va a pasar al empresario, porque no se puede comprar mercadería como venía comprando porque las ventas no van a seguir creciendo como lo hacían hasta ahora, y le va a pasar lo mismo al consumidor que se va a dar cuenta que año a año no le van a crecer las oportunidades de consumo como venía sucediendo”. Pero con un riesgo adicional: “si Argentina no creciera, Uruguay pasaría a crecer el 1,5%, lo que es muy poco”, sentenció.
LA INFLACIÓN
El otro problema es la inflación. Durante más de cuatro décadas, Uruguay tuvo un promedio de más del 70% de inflación, manifestando una patología de la economía que cobija todo tipo de distorsiones. Pero “en la década del 90 Uruguay hizo un Plan de Estabilización, que lo hizo el gobierno Blanco, que lo siguió el gobierno Colorado y que terminó en una crisis pero que llevó a que una inflación que arrancó en 120%, y que terminó en un dígito. Es decir que en diez años, el plan de estabilización que hicieron más de un gobierno, fue exitoso. Esos planes fueron muy costosos, socialmente y productivamente. Muchas industrias cerraron, muchas personas se quedaron sin trabajo, y el país tuvo una etapa convulsa. El país pagó un precio, y ese precio fue la década del 90”. Pero “la inflación es un mecanismo lubricante” que esconde ineficiencias y permite ciertos negocios que no pueden existir de otra manera. Y ahora “el 10% es como una meta psicológica: si lo superamos, volvemos a los dos dígitos y es volver a la vieja enfermedad y todo lo que pagamos en la década del 90, se puede perder”, lamentó Oddone.
Por otra parte, existe una cláusula por la cual si en un solo mes en la relación de doce meses la inflación toca el 10%, el gobierno está “invitado” por la Ley de Presupuesto de 2010 a convocar a los Consejos de Salarios de COFE, y eso en año electoral puede ser un dolor de cabeza adicional.
Por todo eso se tomaron medidas de último momento para alejar la inflación del número crítico, pero “el problema no es puntual porque llovió mucho en enero y febrero, porque la inflación ‘tendencial’ está en 10%”. “Estas son medidas estrictamente cosméticas para atacar el problema planteado en febrero. Pero también es justo decir que cualquier gobierno” haría lo mismo para resolver la urgencia. Es una solución “desprolija; no es el Indec (argentino) pero es una decisión administrativa”, relativizó el expositor. La solución real a esta encrucijada sería realizando “medidas coordinadas entre las tres herramientas de política monetaria: la política fiscal, la política monetaria y la política de salarios”, y “mover estas tres áreas es costoso políticamente”, por lo que hasta ahora no se ha hecho y probablemente no se haga en tiempos electorales. “Supondría hacer un ajuste fiscal moderado y una convocatoria a los Consejos de Salarios para desindexar o moderar salarios”, cosa que no van a hacer además porque --entre otras cosas-- como quedó demostrado últimamente “el balance de fuerzas no está equilibrado”.
El pecado de este gobierno está en que “en los últimos tres años la política fiscal y la política salarial estuvieron atendiendo otros aspectos. La política salarial estuvo enfocada en mejorar la recuperación de salarios, y la política fiscal estuvo orientada a mejorar la distribución del ingreso. El objetivo central no fue la estabilidad”, ejecutó.
ESTAMOS FUERTES
Sin embargo, consideró que el Uruguay está fuerte, porque cuenta con un respaldo del Banco Central de 17.000 millones de dólares, cuando los próximos vencimientos de la deuda externa no superan los 2.000 millones de dólares. A su vez, la mitad de la deuda pública está en moneda nacional, y el calendario de vencimientos está amortiguado. Por otra parte, el país tiene negociados con el Banco Mundial y el BID créditos para cubrir 8 o 9 años de ausencia de créditos internacionales. Cabe entonces reconocerle al gobierno que “prepararon al Uruguay para el caso de un golpe externo agudo”. Además, no hay riesgo de crisis bancaria.
CONCLUSIONES
La economía se va a desacelerar. Por otra parte, el próximo gobierno necesariamente deberá tomar medidas para atacar el déficit fiscal. Por lo tanto, “lejos de poder expandir gastos, más bien va a tener que estar preocupado para ver cómo contrae el gasto y como aumenta impuestos”, “en particular, el IRPF, seguro”. Mientras que el “90% del gasto público es partidas comprometidas: salarios, pasividades, asistencia financiera al turismo social y transferencia a todos los programas de ayuda y el sistema de salud. O sea que el margen de maniobra para el próximo gobierno es complejo”. Hay que bajar la inflación, lo que significa desacelerar más la economía para 2016, y además estamos caros en dólares aun comparándonos con Estados Unidos (un 30% de desfasaje). Eso quiere decir que “todos nosotros no somos tan ricos como creemos. Probablemente el auto que se compró, el viaje que hizo, el electrodoméstico que se compró, no lo hubiéramos podido comprar” si no fuese por la manifestación de este desequilibrio.
Por lo tanto aconseja no endeudarse en dólares, cuidar el endeudamiento familiar, no hacer stock en exceso en los comercios, prepararse para ver reducidas las ventas, no confiarse en los ingresos en dólares si no son de afuera de la región, y no asumir demasiados riesgos.
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