Rurales | 18 Mar Este verano “ha sido muy variable en la región”, señaló a EL TELEGRAFO, el ingeniero agrónomo Rómulo César, del Instituto Plan Agropecuario, debido a la ausencia de lluvias durante diciembre y parte de enero, con temperaturas muy elevadas, revirtiéndose a partir de los últimos días del primer mes del año, con precipitaciones que se registraron hasta ser puntualmente intensas en algunas partes del país.
El profesional responsable para el departamento de la institución explicó que en varias zonas como el Este y el norte de Paysandú “no se verificaron lluvias hasta fines de enero”, cambiando radicalmente a partir de ese momento, extendiéndose las precipitaciones durante todo el mes.
Sostuvo que “hay una directa relación entre las lluvias, el pasto y el estado de del ganado”, refiriéndose a las dificultades que productores de la zona norte tuvieron en lo que va del año. Es importante recordar que mientras en Paysandú y alrededores durante enero llovió 206 milímetros –datos aportados por la Estación de Meteorología de Paysandú--, en varias zonas y establecimientos las mismas no superaron los 60 mm, con la particularidad de que en varias jornadas del mes la temperatura superó los 37 grados.
En febrero, la citada estación recibió 235 milímetros de agua, muy por encima de los 135, que promedialmente llueve en ese mes. Solo 90 milímetro. llovieron en los primeros cuatro días de febrero.

ENTORE
César explicó que “hace unos 20 días se realizó una jornada en la zona de Santa Blanca en donde se analizó qué pasó con el entore del ganado este año”. La conclusión que obtuvimos en este predio monitoreado es que hay una relación directa entre cuanto llovió y cuando se entoraron las haciendas”.
“Se efectuó un estudio de actividad ovárica del rodeo en 10 vientres, y lo que vimos es que el 70% de los vientres estaban recién preñados –preñeces menores a 30 días--, y un porcentaje menor que no estaba ni siquiera ciclando”. Precisó que “en todo ese período de fines de noviembre y hasta enero, los animales estuvieron con los toros pero no se registraron preñeces importantes, al no llegar prácticamente al 20 por ciento”.
Lo consideró un dato “importante, que se puede ver reflejado en un alto porcentaje de productores, más allá de que hoy el panorama sea distinto, y el estado general sea muy bueno en todas las categorías”.
Entiende que en este lapso, “desde que se iniciaron las lluvias y los primeros rebrotes, los vientres comenzaron a preñarse, porque todo se dio muy rápido”. Recordó que durante esos días, “ocurrieron condiciones de luminosidad muy buenas y los campos tienen muy buena disponibilidad de pasto y esperemos que demoren en llegar las primeras heladas”.
El técnico del Plan Agropecuario indicó que para el fin del entore, “nos vamos a encontrar con mucho ganado preñado, por lo que a fines de abril o mediados de mayo seguramente se verán reflejados los buenos porcentajes de preñez, al igual que el año pasado”.
La situación verificada en Paysandú “se refleja bastante con lo acontecido en Salto y Artigas.
La semana pasada tuvimos una recorrida por el departamento norteño, visitándose la zona de Paso Farías y se percibió que las pasturas y el ganado está bien. Un predio intensivo con verdeos de verano estaban realmente muy bien”, dijo.