Opinion | 18 Mar Ese es el término que comúnmente se utiliza para designar aquellos trámites o proyectos de la administración pública que por diferentes motivos no avanzan o por la vía de los hechos quedan sin realizarse, aunque hayan habido anuncios en contrario, o sean objeto de reclamo desde algunos sectores de la población. Tal parece ser el caso de la creación del Parque Nacional de Purificación, establecida por medio de una ley en el año 2003 pero que hasta el momento parece aún lejos de concretarse.
El artículo sexto de la Ley 17.631, del año 2003, ordena al Poder Ejecutivo la delimitación del predio declarado Monumento Histórico Nacional dentro de los padrones 4.980 y 4.983, pertenecientes a la estancia “El Hervidero” y la creación del Parque Nacional de Purificación a efectos de que este sitio histórico pueda ser visitado.
A su vez, a fines de 2011 el Poder Ejecutivo dispuso que la expropiación del solar donde estuvo enclavada Villa Purificación y el cuartel general de Artigas se realice por el mecanismo de la declaratoria de urgente ocupación, a la vez que encomendó a la Dirección Nacional de Topografía del Ministerio de Transporte y Obras Públicas llevar adelante el procedimiento correspondiente. Por su parte, el propietario del predio inició acciones legales oponiéndose a la expropiación.
Paralelamente, Uruguay oficializó en el ámbito del Mercosur la propuesta de declaración del parque nacional de Purificación como Bien Cultural del Mercosur, iniciativa que fue presentada con el apoyo del gobierno argentino.
Pese a todo esto y a las numerosas declaraciones de autoridades nacionales y locales sobre la importancia histórica, patrimonial y turística del lugar, lo cierto es que no hay avances. Por el contrario, la respuesta obtenida por el diputado Miguel Otegui desde el gobierno nacional indica que la expropiación de los padrones para la creación del referido parque depende de “determinar qué organismo se hará cargo del pago al propietario de los padrones designados y quién tomará los recaudos pertinentes para la afectación de los recursos necesarios”.
Y esto ocurre en un contexto en el que el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) incluyó entre sus lineamientos para ejecutar en 2014 la finalización del proceso de expropiación de Purificación en el marco del 250º aniversario del nacimiento de José Gervasio Artigas y en el que meses atrás el subsecretario del MEC, Oscar Gómez, dijo en Paysandú que el tema está en la órbita del Presidente de la República, “que es quien deberá acelerar o no este proceso, acorde a lo que valore”. Muy lejos de acelerarse, todo indica que el proceso está “encajonado”.