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Paysandú, Martes 25 de Marzo de 2014

Presidente de Calapis pierde totalidad de su producción por mortandad de miles de abejas

Rurales | 19 Mar Un importante apiario de 60 colmenas, perteneciente al presidente de la Cooperativa Agropecuaria de Responsabilidad Suplementada de Apicultores Sanduceros (Calapis), José Rivero, se perdió totalmente a causa de la utilización de agroquímicos en plantaciones de soja de la zona del paraje “Las Lechuzas”, pasando Paso Gallardo. El productor estima que perdió más de U$S 4.000 dólares “y las ganas de seguir con las colmenas”.
Ayer no fue un día más para el titular de la cooperativa apícola sanducera. Cerca del mediodía se dirigió en su camión con la esperanza de observar el avance de este interesante apiario, entusiasmado con la posibilidad de muy buenos rindes, teniendo en cuenta que hasta el pasado viernes 7 --último día que estuvo-- el panorama era “muy bueno y de grandes expectativas”, recordó en diálogo con EL TELEGRAFO.
“Pero cuando llegué y vi lo que había pasado, no podía creer”, comentó con gran malestar. “Quedé con el ánimo por el suelo y una impotencia que no te podés imaginar”, dijo resignado, sabiendo que la pérdida es irreparable, y con ella se va la posibilidad de solucionar varias cuentas, muchas de ellas necesarias para seguir produciendo.
Más allá de que no es la primera pérdida de abejas que tiene en este apiario que está instalado desde hace siete años, “la situación venía linda hasta hace diez días atrás, hecho que me entusiasmó y me llevó a pensar que el éxito de la cosecha de este año estaba asegurado”, sostuvo.
“A las colmenas hace dos meses que las venía preparando con sustitutos y alimentación, presentándose espectaculares y para comenzar a ser cosechadas en muy pocos días”, indicó Rivero, quien no puede sacarse de su mente la mayor mortandad de colmenas que ha visto en su vida, con más de un 80% de la población de abejas muertas.
Considera que es “un golpe muy fuerte. Mentalmente quedé mal y solo estoy hablando por respeto a EL TELEGRAFO, que llegó hasta aquí, porque sinceramente no tengo ganas de nada. También es un fuerte golpe económico, porque ya tenía los números hechos y contaba con esa plata, y hoy por hoy que fracase todo es un golpe muy fuerte que a cualquiera lo deja mal”.
Afirmó que está asesorándose por estas horas con sus vecinos para saber qué sucedió. Pero “por mi conocimiento, estamos ante una fumigación aérea, pero voy a ir hasta las últimas consecuencias porque no se puede seguir esperando más”, dijo. Reconoció que el apicultor “es el último eslabón”, pero “no se puede seguir esperando más y se tiene que respetar nuestro medio de vida que es esto”.
Precisó que hay una ley que las empresas fumigadoras conocen y refiere a los lugares en donde están los apiarios: “Ellos debe avisar cuando se va a efectuar la fumigación, pero sin embargo no pasa nada porque vienen fumigan, echan el veneno que mejor les parezca y adiós, que te vaya bien”.

OTRAS DOS EXPERIENCIAS
Rivero sostuvo que en este mismo lugar y con el mismo apiario ya tuvo otras dos experiencias de mortandad de abejas, pero aclaró que ninguna como esta, en donde claramente se puede apreciar que murieron miles, y las que no se ven es porque quedaron entre las plantaciones o pasturas de la zona. Aclaró que la última vez que se le murieron abejas, “demoró diez meses en llegar el resultado desde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, y fue negativo, o sea que parece que las abejas se murieron solas y acá no pasó nada”, enfatizó muy molesto.
“Es lamentable decirlo porque la apicultura es algo que yo adoro. Me voy cansado pero al otro día estoy repuesto y vengo con ganas, pero ahora la mano viene muy fea con la fumigación indiscriminada y el escaso respaldo que tenemos, con cosas que se dicen pero no se cumplen por parte de los gobernantes”, indicó Rivero, quien estimaba obtener con sus 60 cajones unos cinco tanques de miel, que le darían unos 4.000 dólares. A esta pérdida se suman los cajones, porque se le murieron más del 80% de sus abejas. “Levanté unos cuatro cajones pero no pude seguir, porque pensé que me iba a dar algo por la impotencia de ver lo sucedido”, dijo.

IMPACTO
La fumigación y el clima tiene un fuerte impacto en la apicultura de menor porte, demostrado por el hecho de que todos los años desaparecen muchísimos apicultores. “Sólo en 2013 hubo 165 apicultores menos, y en todos los casos pequeños”, dijo en enero el dirigente gremial y productor local Amado Ferraris.
En la oportunidad indicó que “hoy los costos son más altos y los impactos ambientales son muy grandes. Para los pequeños productores es muy difícil mantener su actividad, por los costos que significa”. Citó “los 40 pesos que hoy cuesta el gasoil, siendo el principal costo para el apicultor que debe trasladarse a lugares lejanos, además de ir desapareciendo lentamente los lugares atractivos para la apicultura”. En Paysandú son cada vez menos los productores dedicados al rubro. Hubo un momento en donde Calapis tenía registrado en su padrón más de 400 productores, hoy son alrededor de 80; algunos se trasladaron a otros departamentos o dejaron directamente de producir. Las zonas más productoras de miel varían por año en el departamento. “En alrededores de Cerro Chato y Azucitrus, este año es en donde más producción de miel se está obteniendo porque el citrus anduvo muy bien, al no llover muy seguido en el verano”, explicó Ferraris en la oportunidad.


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