Paysandú, Miércoles 02 de Abril de 2014

Otro paso atrás hacia el acuerdo con la UE

Opinion | 26 Mar Los técnicos de la Unión Europea y el Mercosur que se reunieron el viernes en Bruselas no lograron avanzar en las negociaciones por la concreción de un acuerdo de Tratado de Libre Comercio entre los dos bloques, lo que ha originado un nuevo impasse en una negociación que se ha venido dilatando por quince años y sigue generando fundadas dudas sobre su dilucidación.
Previamente se había señalado que esta vez el Mercosur presentaría una propuesta conjunta para liberar el 90 por ciento del espectro arancelario y dando un empuje decisivo al postergado tratado.
Pero nuevamente todo quedó en fojas cero por la resistencia argentina a deponer sus medidas proteccionistas, mientras Brasil, Paraguay y Uruguay están dispuestos a llegar al porcentaje manejado, en tanto en el caso de Venezuela las cosas están aún muy verdes dado la incertidumbre y desajuste de su economía.
Mientras tanto, según los observadores internacionales, la UE ha reducido sus propios obstáculos a la firma de un TLC, fundamentalmente la negativa inicial de Francia a reducir su desmedida protección a su producción agrícola, como ha sido tradicional durante muchos años, por lo que los mayores problemas han quedado del lado del Mercosur y sobre todo centrados en Argentina por la oposición de Buenos Aires a desgravar el 90 por ciento de los aranceles en el intercambio con los países europeos.
Esta postura argentina no es nueva, pero fue reafirmada en oportunidad del encuentro que mantuvieran las principales autoridades económicas de Argentina y Brasil en Buenos Aires antes de la última reunión con la Unión Europea, instancia en la que los representantes brasileños fracasaran en su intento de persuadir a sus colegas argentinos de allanarse a desgravar productos.
Este nuevo fracaso en las negociaciones se da además en momentos en que se considera inminente la conclusión de un TLC entre el bloque europeo y Estados Unidos, lo que afectaría sin dudas el futuro de nuestras exportaciones a Europa.
Corresponde señalar precisamente que si bien un TLC es un camino de ida y vuelta, la producción de nuestros commodities como los cítricos, por mencionar un producto directamente relacionado con la actividad productiva sanducera y salteña, se beneficiaría sustancialmente con un acuerdo de estas características, desde que los cítricos comienzan a pagar un arancel de 16 por ciento, mientras que los competidores del continente y de otros productores del hemisferio sur, ingresan a la UE sin pagar ningún arancel, por lo que esta situación afecta la competitividad y la rentabilidad de la producción cítrica nacional. Igualmente, la importancia de un tratado con la comunidad europea no radica solo en las ventajas comerciales a largo plazo sino también en la urgencia impuesta por el encarecimiento de nuestras exportaciones a esos mercados desde la expiración, hace dos meses, del sistema de preferencias arancelarias que precisamente comprendía también a los cítricos. Además, en nuestro caso particular el principal problema es que Uruguay ya está caro para exportar, así sea con o sin arancel, por lo que tener que pagar para acceder a otros mercados significa prácticamente quedar al margen de esa posibilidad.
Pero la cosa en la interna del Mercosur sigue complicada, y de acuerdo a lo expresado por el director general del Servicio Europeo de Acción Exterior para las Américas, Christian Leffler, “no estamos enteramente confiados” en recibir en algún momento una propuesta conjunta del Mercosur.
El obstáculo argentino, teniendo en cuenta que es notorio el interés europeo por contar en el acuerdo con la segunda economía del subcontinente, es realmente un dolor de cabeza, porque en Buenos Aires se prioriza su compleja situación económico financiera actual antes que pensar en un futuro que entienden no les será promisorio si no continúan cerrados al mundo.
En la vereda de enfrente se encuentran Brasil, Uruguay y Paraguay, convencidos de la necesidad de la apertura y de tener un intercambio comercial fluido, con concesiones pero también con ventajas ante la comunidad europea.
Y si bien estos tres socios del Mercosur apuntan a concretar igualmente un acuerdo con la UE, del lado europeo se insiste en la participación de todo el Mercosur y no solamente con sus miembros más serios y de economía más o menos confiables. Hace un tiempo el gobierno uruguayo definió como de “dos velocidades” la estrategia para concretar un acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea (UE) sin afectar la relación con el resto de los países del Mercosur, apostando a un aliado de peso, que es el Brasil, pero la postura europea significa poner paños fríos sobre esta posibilidad.
Por lo tanto hay dos caminos posibles para una salida concertada: o Argentina se aviene a abrirse y se inserta en el mundo por lo menos a través de este TLC, o la UE se aviene a un acuerdo de dos velocidades, en primera instancia sin la Argentina.
Un camino intermedio por ahora incierto abriría una nueva instancia de diálogo de desenlace imprevisible, pese a las intenciones de acordar, y peor aún, actualmente con la amenaza de que se concrete el acuerdo UE- Estados Unidos y dejándonos netamente en inferioridad de condiciones frente a los gigantes comerciales.


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