Paysandú, Miércoles 02 de Abril de 2014
Locales | 30 Mar La Organización Sindical de Empleados de PILI (Osepi) organizó un encuentro de la Federación Nacional de Trabajadores de la Industria Láctea, en el local de Federación Ancap. A las 8 se reunieron con el empresario Homero Nolla, a las 9 realizaron una asamblea en la planta de la fábrica y desde las 10 sesionó el plenario, informó a EL TELEGRAFO, el presidente de Osepi, Marcel Petrib.
El directivo de la Federación, Rober Romaso, dijo que los trabajadores de la industria láctea se encuentran muy preocupados, al tiempo que elaboran un proyecto en torno a los diversos procesos de la cadena de producción, “donde miramos los números y parece que está todo bien porque hay más leche, aumentaron las exportaciones y son muy buenos precios”.
No obstante, Romaso reconoció que tanto PILI como otras empresas a nivel nacional, “tienen serios problemas por la competencia existente en dos frentes. Uno es en la producción primaria donde hay más vacas pero menos productores. El año pasado se nos fueron más de cien productores medianos y chicos, se está creando una concentración de productores que es algo muy peligroso para la lechería en un tiempo donde existe buena rentabilidad”.
El dirigente explicó que esta situación se observa debido a “la competencia desleal de la soja en cuencas lecheras. A un productor rural le sirve más arrendar un campo que salir a producir y no lo hace porque no gana con la producción, sino porque la rentabilidad de la soja permite su alquiler a grandes precios”. Romaso agregó que “lo que ha hecho el Ministerio de Ganadería y el gobierno no alcanza para hacer rotaciones de terrenos. El único inconveniente que plantea la soja es la rotación cada dos años y eso --a nuestro entender-- lleva la contra que el sojero, con un lechero al lado, lo tienta con un precio superior al que tiene que pagar para que ese productor se vaya”.
De acuerdo al directivo de la Federación, “cuando un productor lechero desarma un tambo, no vuelve más. A esto debe sumarse la competencia que tiene la industria láctea, donde también pasa algo parecido. Las plantas de grandes volúmenes de leche en polvo y suero, como Conaprole, pagan un precio superior al que tendrían que pagarle a un productor si vendiera queso y eso trae un problema importante a todas las empresas que hacen quesos y productos de valor agregado”.
A través del proyecto mencionado han tomado contacto con las autoridades gubernamentales. “Estamos haciendo el trabajo que tendrían que hacer las empresas porque en este tema no nos llevamos nada, sino solamente la preocupación de mantener la producción lechera y las empresas lácteas para no volver a tener una o dos en el país”. En la oportunidad, dialogaron sobre la reestructura resuelta en PILI y la posibilidad de un descenso del padrón de trabajadores. Sin embargo, “el tema central con Nolla fue la situación de la industria”, resaltando que el sindicato coincide con la visión que tiene el empresario. Además, agregó que se habían comprometido “a realizar movimientos en conjunto frente a las autoridades para demostrar la preocupación de ambas partes”.
No obstante, Romaso reconoció que en algunos aspectos mantienen posturas diferentes. “Los empresarios compiten entre ellos y se matan por los precios. Pese a que pertenezco al sindicato de Conaprole --y en este caso sería un privilegiado-- estamos luchando para que todas las empresas se puedan mantener en el país y que a su vez, todos los trabajadores sostengan su fuente laboral”, señaló.
NO "NEGOCIAN DESPIDOS"
El secretario de Osepi, Agustín González, subrayó que “no se manejan números” en la reestructura de puestos de trabajo. “No estamos a favor de los retiros, pero lo dejamos en libertad de acción porque cada situación es diferente. Sí se habla de 60 puestos de trabajo que van a quedar por el camino. Eso es muy distinto a la oferta que realizará la empresa”, agregó.
Según Romaso, la Federación “ve con buenos ojos” la convocatoria anticipada entre la empresa, sindicato y el delegado regional del Ministerio de Trabajo, Guillermo Caraballo. “El empresario se ha tomado un año y medio aproximadamente para dialogar, pero decimos claramente que no venimos a negociar despidos, sino a buscar formas de inserción en la nueva planta a través de la capacitación”, puntualizó.
El dirigente recordó que en la reunión “dejamos en claro que no aceptaremos despidos compulsivos. Los integrantes de la Federación pertenecemos a empresas que han llevado a cabo distintas reestructuras a través de la negociación”.
Para el directivo a nivel nacional, “el empresario está abierto y dispuesto. Esta es una de las vías para la buena comunicación y la otra es incentivar al gobierno a que estimule especialmente a estas empresas para que sigan trabajando. Hay que decirle al gobierno que el gran negocio es la leche en polvo”, remarcó.
CAPACITAR EN NUEVAS TECNOLOGÍAS
Romaso señaló la necesidad de “capacitar en las nuevas tecnologías. La empresa debe contar con los medios para traer un capacitador” y recordó que el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) “pone el dinero”.
“A Nolla le dijimos que en los escritorios es fácil hablar de números, el tema es ponerlos en práctica. Él mismo reconoció que no está seguro de esos números. Tal vez la empresa piensa que un funcionario hará diez tareas, pero ese trabajador realizará la suya. Los sindicatos estamos dispuestos, por eso dimos una señal de apoyo al venir a dialogar con el presidente de la compañía y realizar el plenario de la Federación en Paysandú, que debía llevarse adelante en junio próximo”, concluyó.
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