OPINIÓN

Locales | 30 Mar Ruleta rusa
Me voy a referir a la inseguridad, tema que no por trillado pierde actualidad ni ha tenido solución y tampoco va a tenerla con la visión del gobierno actual o el anterior, donde la mejor idea que se tuvo fue la de liberar una importante cantidad de presos.
Una muerte más se ha sumado en una de las tantas rapiñas que sufren los obreros del volante. En los últimos sesenta meses tenemos un promedio de una al mes mientras el Poder Ejecutivo sigue soñando con que llegará el día en que sean todos educaditos, no existan los pobres y la raza humana no ambicione más de lo que tiene sin dejarse llevar por esta ansiedad consumista que aunque no nos guste, es la que mantiene girando este mundo loco. Tal vez así y sólo tal vez no tengamos delincuencia; claro que para cuando se haga realidad este sueño, habrán muerto varias generaciones de taxistas, entre otros, si es que son humanos los que habitan la tierra para entonces y suponiendo que existiera el planeta.
Ahora, bajando nuevamente a la realidad y dejando a Alicia en el país de las maravillas, todos sabemos bien que lo único que detiene a un delincuente es la gravedad de las consecuencias con que se castiguen sus actos, sumando una policía profesional que mantenga la vigilancia sobre sospechosos y exconvictos porque la oportunidad y la falta de rigor invitan al ladrón.
Mientras tanto los taxistas seguirán jugando a la ruleta rusa con sus vidas. Uno por mes es rapiñado. ¿Quién saldrá sorteado el próximo mes y pondrá en juego su vida? Por una simple ley de probabilidad es más factible esto que sacar el cinco de oro. Aunque en este caso en lugar de ganar se pierde, y no solo dinero, también la vida. El gobierno a través del Ministro del Interior se reúne con el gremio y la patronal del taxi, pero en lugar de tratar de solucionar en particular estos problemas debería abocarse a solucionar el problema, en general, de la inseguridad que hace rato se le ha ido de las manos, y de esta forma también se solucionarán las rapiñas a taxistas. Que el resto de la sociedad no tenga un sindicato que los represente no implica que sean abandonados a la buena de Dios. Como si fuera poco ahora recibiremos presos de Guantánamo. ¿Será por la seguridad que ofrece nuestro país? Según Barak Obama debido al liderazgo que ejerce nuestro presidente en la región y además lo recibirá en la Casa Blanca, sin lugar a duda con bombos y platillos gracias a que le está sacando un fierro caliente a su administración.
Le pasaron una mano que lo largaron peinadito a nuestro presidente. Mientras los uruguayos importamos un suculento problema nuevo, como que ya no los tenemos con la inseguridad, ahora los tendremos con sospechosos de terrorismo. Ahora resulta que pasamos a ser el basurero de los yanquis. Menudo berenjenal en el que nos introduce el señor presidente, y todo a cambio de liberar a tres castristas, que no se sabe qué habían ido a hacer a los EE.UU. ¿Por qué no se pide también la liberación de los cubanos presos en la isla por pensar diferente y manifestarse? Encima como no les alcanza con coartar las libertades en Cuba también se trasladan a Miami para espiar y vigilar a los cubanos exiliados. Y repito una vez más ¿qué tenemos que ver los uruguayos en todo este berenjenal? ¡Como que no tenemos problemas propios ahora nos metemos en los ajenos!
Bueno sería si el señor presidente pensara más en todos los uruguayos que hoy representa en lugar de arrastrarnos a aventuras principistas propias y de su parcialidad que tan solo nos podrán redituar problemas. Además, si no se les permitiera salir de nuestro país por el tiempo que fuere a estas cinco personas provenientes de Guantánamo, se estaría poniendo lo político por sobre el Poder Judicial, ya que al no haberse infringido aquí la ley no hay cargos que los retengan y sería una bofetada más a la independencia de poderes que rige en un sistema democrático y republicano como el nuestro. De la misma forma que si quieren llegar a Uruguay no veo por qué EE.UU. tiene que pedir que los aceptemos. Más aún, si fuera como dicen que están presos sin razón y no revisten peligrosidad de tipo alguno; este es un país de inmigrantes, libre, que no le exige visa a nadie para ingresar.
Pero bueno, nada está del todo claro ni del todo dicho. Como ya nos tiene acostumbrados el señor presidente primero comenta los temas como en conversación de boliche, y luego consulta las formas a seguir, ajustando según le convenga, en lugar de seguir los canales oficiales correspondientes a través de la cancillería, con un informe pormenorizado al Poder Legislativo; por lo tanto debemos esperar lo que nos depara el próximo capítulo de esta novela.
Javier Pizzorno, edil del Partido Nacional