Paysandú, Domingo 06 de Abril de 2014
Opinion | 05 Abr Pese a que se registraron períodos con climas muy adversos, fundamentalmente por excesos de lluvias en diversas zonas del país, todo indica que este año tendremos nuevamente una cosecha récord de soja, que se planta principalmente en los departamentos del Litoral agrícola, y que es el cultivo que representa la esencia del boom agrícola que ha vivido el Uruguay en la última década, alentada por los elevados precios internacionales de los commodities, pero a la vez robustecida por políticas negativas de la Administración Kirchner en la Argentina, que con su voracidad fiscal prácticamente expulsó a numerosos productores sojeros que terminaron invirtiendo en el Uruguay y Paraguay.
Por supuesto, de este lado el camino no es un lecho de rosas para los productores, pero en la vida todo es relativo, y las condiciones han resultado por ejemplo mucho más favorables que intentar emprendimientos de este tipo en el vecino país, ante la fuerte presión tributaria.
Pero, como suele ocurrir en todas las áreas, hay dolores de parto que superar, y en el caso del Uruguay, el crecimiento de la producción agrícola no ha sido acompasado por un avance similar en la incorporación de infraestructura, y por lo tanto resulta complicado desde el punto de vista logístico atender la demanda formidable de cargas y de salida de los campos que requieren los períodos pico de las cosechas, cuando además el grano tiene que ser sacado en tiempo y forma a los depósitos.
La logística, sobre todo la coordinación de los medios de transporte y los puntos de almacenaje, así como la salida por los puertos, ha ido detrás de los acontecimientos, con suerte diversa, pero pese a las dificultades, se ha podido atender más o menos el nuevo escenario, aunque siempre arrastrando un déficit en esta red multimodal, teniendo en cuenta por ejemplo que el ferrocarril ha estado ausente en esta asociación estratégica, y las carreteras, también sobredemandadas por los requerimientos de la producción forestal, han sido desbordadas en cuando a su trazado y estado de pavimentos para responder a la circulación constante de pesados camiones.
En las últimas horas se ha inaugurado precisamente una nueva planta de acopio de granos, en el departamento de Soriano, a través de la empresa Fadisol, que aspira a que, al estar ubicados estos silos en un punto estratégico, en la Ruta 21, en el límite con Colonia y cerca de Nueva Palmira, se pueda captar buena parte de la producción del Litoral, incluyendo el sur de Paysandú, Young, Mercedes y Dolores, es decir lugares neurálgicos de la producción sojera.
El punto es que la logística de la región tiene cuellos de botella en la zafra agrícola, porque se requieren en determinados momentos grandes flotas de camiones que necesitan salir prácticamente al unísono, y atestan las carreteras y saturan los lugares de acopio, teniendo en cuenta además que el punto de salida por excelencia es el puerto de Nueva Palmira y hacia allá convergen los transportes.
La incorporación del puerto de Paysandú con salida hacia Nueva Pamira de graneles a través de barcazas está constituyéndose en un factor revulsivo en la ecuación logística, en cuanto la producción de Salto y Paysandú, así como del resto del norte del río Negro, --Young incluido-- encuentran en el puerto sanducero una salida accesible y de bajo costo, en comparación con el transporte carretero, hacia el puerto de ultramar, y esta perspectiva es reforzada con números que indican que sistemáticamente, año a año, va creciendo el tonelaje que sale por los muelles sanduceros. Y este año no va a ser la excepción, al punto que los operadores han incorporado más equipos e infraestructura para recibir decenas de miles de toneladas de soja de la cosecha que se avecina.
La que además presentará, en la de primera, según los técnicos, un rendimiento del orden de las 2.500 a las 3.000 toneladas por hectárea, con el agregado de que este año se han plantado 100.000 más que el año anterior y llegándose al millón 300.000 hectáreas.
Queda de manifiesto que el gran volumen de cosecha deberá ser atendido con todos los lugares de acopio y de salida disponibles, haciendo que coexistan opciones como el puerto de Paysandú y los silos como el recientemente inaugurado en Soriano. En el primer caso, sin dudas que el aporte del Estado, a través de un trabajo serio e inversiones de la Administración Nacional de Puertos (ANP) está dando sus frutos y justificado las expectativas que se habían generado respecto a la reactivación de la terminal sanducera, y en el segundo, por la acción de los inversores privados atentos a las necesidades del sector y buscando su rentabilidad, naturalmente.
Y lo que es incluso tan importante como lo anterior, la salida de decenas de miles de toneladas por el puerto sanducero permite sacar cientos de camiones de las rutas, de la misma forma en que se está haciendo con los contenedores que está transportando semanalmente el buque “Provincias Unidas”, lo que significa un ahorro adicional a las arcas del Estado en cuanto al mantenimiento en las rutas, a la siniestralidad y problemas inherentes al tránsito por las rutas.
Lo que no es poco decir, ante las carencias en infraestructura, y nos lleva a reflexionar que el sistema carretero, de no ser por esta nueva opción en proceso de crecimiento, estaría actualmente en una encrucijada de muy difícil salida, porque sobre todo no se han canalizado en tiempo y forma recursos para atender esta infraestructura, y recién ahora, con un rezago de por lo menos un lustro, se está potenciando debidamente la alternativa del transporte fluvial, tras largas décadas de estar de espaldas al río Uruguay.
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