Opinion | 08 Abr El uso del casco siempre ha sido un aspecto problemático del tránsito. La entrada en vigencia de la Ley de Seguridad Vial significó la obligatoriedad de su uso en todo el territorio nacional por parte de los motociclistas.
No obstante, es un dato de la realidad que muchas personas de toda edad no lo utilizan a diario cuando circulan por calles de las ciudades, e inclusive, rutas nacionales.
El reciente informe de la Unidad Nacional de Seguridad Vial refleja un descenso en el entorno del 7% en el uso de casco por los motociclistas participantes en siniestros, ubicando a Paysandú entre los departamentos del país en los que se observa mayor omisión en la utilización del implemento protector. Con un 62%, Paysandú supera únicamente a Canelones, que presenta un 51% y por Cerro Largo, que registra apenas un 22% de utilización del casco por motociclistas accidentados; al final de un tabla que es encabezada por Rivera con un 97%.
Esos datos presentados por la Unasev corresponden al registro que realiza la Policía respecto al uso de casco en todos los motociclistas que participaron en siniestros de tránsito en los que se registró al menos una persona lesionada en todo el país. La apreciación es importante en la medida que enfatiza en el hecho de que no entran esta estadística los innumerables casos de personas que diariamente circulan sin casco y no han sido protagonistas de accidentes de tránsito.
Varios años después de ser obligatorio su uso, uno podría preguntarse en qué se fundamenta la resistencia al casco. Evidentemente, todo cambio genera resistencias y aquí en Paysandú la que refiere al uso del casco fue muy importante e, incluso al inicio de su obligatoriedad fueron realizadas protestas ciudadanas contra el uso de este implemento de seguridad. Sin embargo, pasados ya algunos años la situación debería transitar hacia la aceptación y el uso general del casco, en la medida que está comprobado que es eficiente para proteger a los motociclistas ante la ocurrencia de un accidente de tránsito.
La estadística presentada recientemente por la Unasev para el primer trimestre del año indica que 81 personas por día han muerto en Uruguay en accidentes de tránsito y los 146 fallecidos representan, en promedio, una muerte cada 15 horas. De ellos poco más de la mitad eran jóvenes de entre 15 y 39 años y el 51,4% circulaba en moto. Se trata de cifras más que atendibles para no olvidar usar el casco la próxima vez que subimos a una motocicleta.
Cualquier epidemia que matara a una persona cada 15 horas en un país como el nuestro nos tendría en vilo a todos. Sin embargo, con la del tránsito no pasa lo mismo. Nadie tiene 100% asegurado que estará a salvo al salir a la calle, pero es responsabilidad de cada uno tomar las precauciones necesarias para no ser un peligro para sí mismo y los demás. Algo tan elemental, parece todavía no estar tan claro.