ARIEL FERRARI, DIRECTOR DEL BPS

Locales | 12 Abr Con el aporte de los trabajadores que abandonen las AFAP y retornen al Banco de Previsión Social, “durante un período, el BPS va a tener un bono fiscal” como resultados de que esas personas “empezarán a cotizar por el 100% de su sueldo al abandonar las AFAP. Ese vuelco al sistema solidario le permitirá dar sostenibilidad al sistema”, dijo Ariel Ferrari, director del Banco de Previsión Social.
Actualmente, “hay 2,8 activos aportando por cada pasivo mientras que en los años 90, aportaba 1,5 por cada pasivo. Había más de un 50% de informalidad. Ahora sigue habiendo, pero un índice más bajo. Hay que seguir obviamente trabajando en ese tema, especialmente en lo que es la sub declaración, que es más difícil de controlar”.
No obstante, Ferrari subrayó que ese bono fiscal no impedirá que “en un par de años”, habrá “un problema”.
“Porque quedó establecido que quienes ganan bajos salarios y se afiliaron a una AFAP sin tener obligación de hacerlo, se bonifica la jubilación del BPS; se le otorgará un 50% más del básico jubilatorio a aquellos que en 1996 ganando menos de 5.000 pesos se afiliaron voluntariamente”.
“Eso, y ésto es lo realmente malo, no tiene una fuente de financiamiento. A partir de 2016 le costará al BPS (cuando se jubile la primera generación de afiliados que pueden recibir ese beneficio), 400 millones de dólares anuales, que irán decreciendo hata el 2040 cuando queden en 40 millones anuales, si no cambia nada en todo ese lapso”.

VOLVER AL SISTEMA SOLIDARIO
“Hay gente que puede estar perjudicada y que hay que darle una oportunidad a un colectivo, de entre 40 y 50 años, y a todos aquellos que han hecho la opción al artículo 8 (de la ley 16.713), a partir de cumplir 40 años y antes de los 50, para que puedan desafiliarse” de las Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional (AFAP), tal como lo habilita la ley 19.162 (del 1º de noviembre de 2013), dijo Ariel Ferrari.
“La opción del artículo 8 (de la ley 16.713, del 3 de setiembre de 1995, que estableció las AFAP) es que únicamente se está obligado a realizar aportes a una AFAP, cuando los ingresos sean -a valores de hoy- 35.516 pesos o más. Por encima de ese monto, el montepío va a mi cuenta individual”, pero “hasta esa cifra no se está obligado dentro del nuevo marco legal, aunque claro está con la limitación de edad”.
Actualmente, hay más “de 15.000 personas con audiencia agendada para recibir asesoramiento y posteriormente definir si prefieren retornar al sistema solidario. A partir del asesoramiento del BPS hay 90 días para responder, pero uno de cada cuatro tomó la decisión de revocar o desafiliarse de inmediato”. Ferrari dijo que, al ser aprobada la ley de las AFAP “si no hubiese puesto el artículo 8, del millón doscientos mil afiliados hoy en las AFAP, habría solamente un cuarto de millón. Son los que al establecerse la ley ganaban 5.000 pesos o más. El artículo 8 permitió a los que no estaban obligados a poder afiliarse si lo deseaban, volcando la mitad de su aporte al BPS y la otra mitad a una AFAP”.
Por tanto, el nuevo marco legal, “permite a ese universo recobrar la opción del artículo 8 y sólo aportar a su cuenta individual por encima, cada vez que gane 35.516 o más. Y la jubilación solidaria del BPS se calculará hasta ese monto”.
Si se toma esa opción, todo lo aportado “por debajo de esa cifra volverá al BPS como si nunca se hubiese hecho esa opción. El fondo que está integrado por lo aportado y la rentabilidad que puede haber generado, serán volcados al BPS. Pero la comisión de la AFAP no vuelve”.
Ferrari subrayó que las AFAP sacan un sustancial porcentaje por administrar las cuentas individuales. “El porcentaje para que no se vea tan grosero lo fijan sobre el total del sueldo. Así la comisión es del 1,5% o del 2%, pero en relación a lo que se le transfiere está entre un 14% y un 24%. Eso no se dilvulga, se desconoce, y eso muestra lo perverso de un sistema que frente a dos sistemas de trabajo iguales, no somos iguales”.

LAS AFAP SIRVEN SI EL AFILIADO SE MUERE
En referencia a las prestaciones de las AFAP, Ferrari reconoció que -a diferencia de lo que ocurre en el BPS- si fallece el aportante, “le puede devolver el fondo a los herederos, en el caso que no haya una viuda, hijos menores de 21 ni discapacitados. Ahí sí se hereda el fondo. Para que sirva la AFAP el afiliado tiene que morirse. Pero, en eso, es mejor que el BPS”, subrayó Ferrari.
Pero a su vez, subrayó que “la tabla de mortalidad que utilizan las AFAP, es la del INE extendida hasta 110 años para establecer un promedio. Además, se establece un recargo del 20% como seguro. Es decir, si cuando me jubilo de acuerdo a esa tabla me quedan 10 años de vida, la plata en vez de dividirse en 120 meses, se va a dividir en 144 meses, teniendo una garantía”.
“Cuando le preguntamos por qué usar una tabla diferente a la del INE, y no la del INE dijeron que es posible que ese colectivo, ese grupo que se afilió en las AFAP, tenga una expectativa de vida distinta. Le preguntamos si por firmar un formulario uno puede alargar la expectativa de vida”, dijo Ferrari.
En cambio, el BPS “no usa tabla de mortalidad para calcular la jubilación. El cálculo es independiente de cuantos años se pueda vivir. Sí se deben dar tres condiciones; mínimo de edad, años de trabajo y sueldos declarados en el BPS. Aun si el empleador no los aportó, si los declara, se toman igual. En cambio en la AFAP, si el patrón no volcó los aportes no llegó a mi cuenta individual, no voy a tener jubilación”.
Además, debido al aumento de salarios y a que las jubilaciones se ajustan junto con los salarios “las aseguradoras dejaron de pagar jubilaciones. Actualmente únicamente el BSE sigue haciéndolo, aun cuando tiene pérdidas, porque como representante del Estado, es el garante del sistema”. Pero “las inversiones que hay en Uruguay no alcanzan para pagar esos aumentos. Hay que tener en cuenta que el 80% de las inversiones son en bonos del Estado”.