Diario El Telégrafo | Paysandú | Uruguay

Paysandú, Miércoles 16 de Abril de 2014

Cambio de hábitos

Opinion | 14 Abr Según datos manejados por la Dirección Departamental de Salud, el 70% de los adolescentes consumen refrescos todos los días y uno de cada cuatro niños tiene sobrepeso. En Paysandú, casi el 30% de los niños menores de dos años se encuentra en esta situación. Por otro lado, el 70% de los fallecimientos ocurren a causa de enfermedades crónicas no transmisibles como cardiovasculares o el cáncer.
La calidad de la alimentación –en todos los casos-- se vuelve relevante y se transforma en un incuestionable factor de riesgo o de vida saludable, de acuerdo a lo que se elija consumir.
El bombardeo publicitario de nuevos productos y el afán consumista devuelve esos datos que preocupan a los técnicos, cuyo campo de acción es la continua promoción de hábitos saludables en todos los espacios posibles.
Sin embargo, también saben que con eso solo no alcanza porque se debe apelar a la educación del hogar que comenzará por los límites y seguirá con el ejemplo. Y ahí, en general, tampoco se encuentra una respuesta favorable.
Como es imposible legislar el comportamiento dentro del hogar, hubo que instrumentar una normativa que regule la venta de determinados productos en las cantinas de los centros educativos.
Sin dudas que la iniciativa es loable, pero el punto de inflexión es lograr aterrizar las medidas que se piensan en un deliberativo para llevarlas a la vida práctica.
Más allá de los datos preocupantes, se encuentra el sentido común. Es interesante destacar que se regulan los puestos de venta existentes dentro de los lugares de estudio. Pero ¿qué ocurre con los que están ubicados fuera de los liceos y a escasos metros? En Paysandú se pueden observar que los jóvenes hacen el recreo en el exterior del edificio, cruzan la calle para comprar un snack con elevado contenido sódico o en grasas y eso es algo de todos los días. En este caso es imposible establecer una zona de exclusión, porque algunos centros se encuentran a escasos metros de supermercados.
¿O si la merienda la traen de casa, porque lo que se vende en la cantina no es de su agrado? Y allí, comienzan a correr peligro las ventas de los concesionarios en las cantinas liceales o escolares y la ley, aunque tenga un espíritu correcto, no puede cruzar el umbral del hogar.
Como bien lo explicó el presidente de la Anep, Wilson Netto, “la ley no prevé la prohibición de venta de alimentos, sino la prohibición de publicitar ciertos alimentos”, no obstante, la norma sí prevé sanciones en caso de incumplimiento. Las penas varían según la situación que puede llegar hasta la rescisión del contrato con los gestores de las cantinas y los equipos directivos tendrán a su cargo los controles que se fortalecerán con equipos multidisciplinarios de ANEP, además de la fiscalización del Ministerio de Salud Pública.
En tanto, el otro aspecto a ejecutar será la inspección bromatológica de los productos caseros, para comprobar su estado sanitario y correcta manipulación. Por eso, la ley y las inspecciones por sí mismas no pueden transformar una realidad que va más allá del aspecto punitivo hasta llegar a los hábitos de una sociedad que ha cambiado sus costumbres.


EDICIONES ANTERIORES

A partir del 01/07/2008

Abr / 2014

Lu

Ma

Mi

Ju

Vi

Sa

Do

12

12

12

12

12

Diario El Telégrafo

18 de Julio 1027 | Paysandú | Uruguay
Teléfono: (598) 47223141 | correo@eltelegrafo.com