Actores sanduceros asustan en “la Casa del Miedo”

Locales | 16 Abr A pocos metros del Anfiteatro, caminando hacia el norte, uno se encuentra con un desaliñado caballero de galera y grandes lentes invitando a tener una experiencia terrorífica. “Vayan por atrás y fíjense la cara de los que salen, si es que salen”, advierte el llamativo personaje.
Apenas unos pasos detrás un letrero indica el acceso a La Casa del Miedo: una carpa blanca desde cuyo interior se escuchan permanentemente inquietantes sonidos, golpes y macabras carcajadas que hacen pensar que alguien allí adentro no la está pasando del todo bien. Por supuesto que se trata de un montaje, una puesta en escena que se ha sumado como atractivo en el paseo comercial del predio ferial.
“Hemos tenido muy buena concurrencia de público, la Casa del Miedo es un clásico laberinto de terror, con seis actores de Paysandú, dirigidos por Sofía Sánchez, también directora de teatro de Paysandú”, comentó Fernando Balsas, el responsable de esta propuesta.
“Es una obra que la trajimos desde Atlántida, hicimos toda la temporada en Atlántida y ahora la trajimos en forma itinerante para esta fiesta a la que viene mucho público. Arrancamos el sábado y realmente fue un éxito”, señaló Balsas.
Sobre la obra en sí explicó que “habla de los miedos de la gente, la gente entra con miedo y adentro descubre sus propios miedos. Las escenas están especialmente preparadas para que causen el efecto de susto en las personas en el momento justo. Son seis escenas y seis actores. Lo van recorriendo y a medida que lo van pasando van descubriendo la trama de la obra, que termina de una forma muy particular; la gente se va bien asustada, más de lo que entró”.
La propuesta llegó a Paysandú con buenos antecedentes. “En la temporada anduvimos muy bien, ahí sí era una casa propiamente dicha, pero anduvo muy bien. Se mantuvo 72 días funcionando todos los días y siempre con buena concurrencia de público, como acá”, relató.
La adaptación de la obra a las dimensiones que se disponía en la feria no fue tarea fácil. “Es una improvisación hacerlo en una carpa, no hay mucho espacio, pero se ubicaron bien los laberintos, está muy bien”.
Para Balsas la clave es lograr generar el clima adecuado para que el visitante se sumerja en sus propios miedos. “Mucho efecto sonoro, mucho ruido, pero también mucho texto, lo que podemos en quince minutos, le tratamos de contar una historia”.
“No es fácil armar una obra de teatro en quince minutos, tenemos que ponerle todos los ingredientes, lo sonoro siempre está presente, el susto, el golpe, también maquillaje, vestuario, escenografía hecha por estudiantes de Bellas Artes, todo bastante bien cuidado”.