Opinion | 19 Abr Lentamente se ha ido integrando a la campaña electoral un tema que debió dilucidarse mucho antes, a efectos de que sus implicaciones no contaminaran el proceso de decantación de la opinión pública de cara a las elecciones nacionales de octubre, como es el caso del plebiscito para bajar a 16 años la edad de imputabilidad de menores para delitos graves.
Estamos ante una problemática que toca muy de cerca a los ciudadanos, si se tiene en cuenta que afecta a todas las capas sociales, aunque siempre los sectores de mayor poder adquisitivo están en condiciones de adoptar medidas de seguridad con mejor respuesta que otros sectores de la población que son igualmente víctimas de este azote.
El punto es que la fuerza de gobierno se opone a que se baje la edad de imputabilidad y ha reafirmado que las respuestas a esta problemática de la minoridad infractora deben buscarse por el lado de las políticas sociales, pero sin que se hayan promovido respuestas valederas para atender las necesidades del momento, y en el mejor de los casos solo se apunta a que con el correr del tiempo den resultado estas políticas de “inclusión” para abatir los índices de delincuencia en general.
Recientemente el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, formuló declaraciones al semanario Brecha con relación al encare de la campaña en contra de la baja de la edad de imputabilidad, y sus reflexiones --a juicio de los analistas políticos-- dejaron mal parado al Frente Amplio y evidenciaron una contradicción en un tema clave de esta campaña.
Horas después de imprimirse Brecha, consultado temprano en la mañana por radio Carve el vicepresidente del Frente Amplio, Juan Castillo, dijo estar de acuerdo con los conceptos esgrimidos por Bonomi y anunció que la forma de encarar la campaña ya estaba siendo replanteada.
“Eso que él (Bonomi) dice lo compartimos en general. No es una carta de presentación para el triunfo electoral algo que empiece con ‘no’, algo que empiece ‘contra’. Objetivamente esto lo sabrán mejor los comunicadores. Al ponerte en la oposición, ponerte contra, ya salís con unos escalones más abajo”, explicó Castillo.
El punto es que la población, de acuerdo a las encuestas, acompaña la idea y el contenido del plebiscito que ha sido promovido por el sector Vamos Uruguay del Partido Colorado, y que acompaña un sector del Partido Nacional, con índices de aprobación del orden del 60 por ciento en la población, de acuerdo a las encuestas.
Incluso dentro del Frente Amplio, más o menos la mitad de sus votantes está a favor de la baja de la edad de imputabilidad, lo que explica la preocupación de los organizadores de la campaña del “no a la baja” para intentar convencer por lo menos a sus votantes de que no pongan la papeleta del “Sí” en el plebiscito de octubre.
El punto es que se está tratando de convencer a la gente de que no es cierto lo que sufre en carne propia y lo que ve en la calle, que no hay por qué temer y que es un invento de los medios, que los menores no son protagonistas reales de lo que ocurre. Es decir, algo así como pretender tomar a los uruguayos por tontos y de ser objeto de manipulación de los medios, como si no tuvieran capacidad de reflexionar por ellos mismos sobre lo que realmente está ocurriendo. Y lo que ocurre, precisamente, mal que pese, no se arregla con ninguna campaña “comunicacional”, sino con las acciones correctivas que han estado ausentes.