Opinion | 23 Abr El presidente de la Comisión Permanente del Transporte de la Cuenca del Plata (CPTCP) miembro fundador de la Hidrovía Paraguay-Paraná, Ing. Van Hoogstragen, al tiempo de reivindicar el rol fundamental del transporte fluvial para el desarrollo regional, sobre todo a partir de la extracción de la riqueza desde el interior del subcontinente, consideró que Paraguay, Bolivia y Uruguay se ven perjudicados por decisiones argentinas que apuntan a entorpecer el transporte por este curso de agua o tratar de derivar carga a sus puertos, por el medio que sea.
En declaraciones a El País, el empresario denuncia a la Argentina por desarrollar una política hostil contra las cargas y flota del Paraguay y el Tratado de Hidrovía Paraguay-Paraná, y confronta con el espíritu integracionista de la región, conspirando contra “el normal desarrollo de la navegación comercial por el río Paraná, la expansión del intercambio comercial regional y sobre todo el legítimo anhelo de integración con que soñaron nuestros cinco países está pasando por momentos muy inciertos y confusos”.
Acotó que “todo este desafortunado conflicto, para darle un origen, comenzó con la gran injusticia política llevada a cabo contra Paraguay, cuando lo suspendieron del Mercosur, mientras vemos con asombro hoy que en Venezuela el escenario es mucho peor y sin embargo aceptado con la pasividad de todos”·
El presidente de la institución que agrupa a los armadores y operadores de la Hidrovía señaló que se están viviendo trances debido a las medidas restrictivas de Buenos Aires, al señalar además que “Argentina, aprovechando la debilidad diplomática de sus socios en el río, se autoproclamó como la dueña del río, si consideramos su pretensión de dominar 1.300 kilómetros de aguas internacionales, pero en su jurisdicción”.
Van Hoogstragen subrayó que el vecino país “se adjudicó arbitrariamente” el derecho de inspeccionar por la Prefectura Naval argentina toda la flota de los cinco países antes de entrar en aguas argentinas, lo que va en contra del Acuerdo de Las Leñas y de las reglas internacionales de Port Control”, y destacó que “es muy difícil entender la posición argentina con todo el potencial que tiene ese hermoso país. No quieren aceptar que si no tienen la flota más grande del río es por su culpa, pues hace un tiempo era la más grande pero la perdieron gracias a la acción de sus gremios y a su carga impositiva”.
Además, razonó que “si no tienen más carga argentina transportada por sus 1.300 kilómetros de aguas argentinas como dicen ellos”, es por su política de beneficiar el “transporte de camión, pues la carga de granos en la zona de influencia de la Hidrovía es mucho mayor que la cosecha paraguaya”, por lo que “entendemos que quieren culpar a los otros países cuando es bien claro que la solución a sus problemas depende únicamente de ellos y no de destruir a los demás”.
En realidad las reflexiones del presidente de la CPTCP reflejan el estado de ánimo de autoridades, empresarios y operadores de la región respecto a decisiones del gobierno de Cristina Fernández que no solo afectan a la Hidrovía, sino también a los puertos uruguayos de Nueva Palmira y Montevideo, en un intento desembozado por recuperar cargas que había perdido por la propia ineficiencia de sus puertos pero también por razones logísticas de los operadores.
Todas estas medidas han sido adoptadas en un corto período, y no están orientadas a mejorar aspectos operativos, de seguridad ni eficiencia de sus sistemas portuarios, sino que se apunta directamente a afectar costos y desenvolvimiento de la flota paraguaya y de los puertos uruguayos, y por esta razón, por no tener una mejor oferta sino solo por entorpecer, ha perdido la carga paraguaya de contenedores que antes se hacía por el puerto de Buenos Aires, que ahora se hace por el de Montevideo, y a la vez no ha podido aumentar la cantidad de carga movida por sus terminales, que ya están colapsadas.
Por lo demás, lo que se ha logrado es afectar la calidad del instrumento logístico formidable que es la Hidrovía Paraguay - Paraná y su conexión con puertos de ultramar del lado uruguayo, y por ende encarecer y dificultar el traslado de cargas, lo que repercute en la competitividad de las producciones y al fin de cuentas erosionando la rentabilidad de los productores, como lo ha hecho también el vecino país con sus productores a fuerza de impuestos para aliviar sus problemas fiscales.
Se infiere de este escenario, descripto muy sintéticamente y con detalles todavía incompletos dada la vastedad de elementos en juego, que en los hechos la integración está lejos de las prioridades, más allá de los enunciados y los discursos rimbombantes, y que estas actitudes mezquinas y en realidad inscriptas en políticas proteccionistas solo causan problemas a la región que ve recortados sus instrumentos logísticos y perdiendo competitividad ante el mundo.