Rurales | 24 Abr Las gremiales del litoral norte reiteran su preocupación por el progresivo deterioro en la cadena comercial de haciendas –lo habían manifestado en 2010--, explicando que en la actualidad a pesar de lo advertido, “se ponen en riesgo los esfuerzos e inversiones realizadas en el primer rubro de producción y exportaciones que tiene el país, arriesgando los esfuerzos técnicos, productivos, sanitarios y de política exportadora realizados por todos los involucrados”.
A través de un comunicado entregado a EL TELEGRAFO, las gremiales del litoral norte advertían ya en el Congreso Anual de la Federación Rural realizado en mayo de 2010 en las instalaciones de la Asociación Rural de Paysandú, del progresivo deterioro en la cadena comercial de haciendas.
Se referían oportunamente a motivos ampliamente discutidos y no resueltos debidamente, como ser la forma y lugar de comercialización (tipo de balanza); seguro de paro ampliado para la industria; modificaciones y demoras en la exportación en pie; posición dominante de la industria en el mercado, entre otros, conspiraron a favor de la situación actual.
Entienden hoy, que “los altos costos internos hacen peligrar el crecimiento y la estabilidad afectando a toda la cadena de producción y muy especialmente al primer eslabón, con énfasis en la cría, cuyo desempeño significa el impulso o el freno del agronegocio ganadero con todas sus derivaciones.”
Sostiene el comunicado que “la fluidez en la comercialización y los precios sostenían hasta ahora los altos costos. Su caída actual sin causa en los mercados externos y la falta de interés en faenar vacas, han repercutido en todas las categorías y constituye una mala señal y un desestímulo importante que esperamos se revierta razonablemente en un corto plazo”.
El comunicado es firmado por la Asociación Agropecuaria de Artigas, Liga del Trabajo de Tomás Gomensoro, Sociedad Fomento Rural de Cabellos, Asociación Rural Exposición Feria de Paysandú, Liga del Trabajo de Guichón, Asociación Agropecuaria de Salto, Asociación Fomento Rural de Valentín y Sociedad Fomento Rural de Guaviyú de Arapey.
insistencia
La Federación Rural insiste en considerar la compleja relación comercial entre ganaderos e industria frigorífica, como resultado de niveles de faena disminuidos y que en consecuencia generaron una caída en los valores de las haciendas en los últimos meses, en tanto que impulsa un relevamiento entre productores que procura confirmar que la solución de mayor información aportada por el Poder Ejecutivo para contemplar los reclamos del sector no ha sido lo efectiva que se esperaba.
En la reunión efectuada por la gremial el pasado lunes el tema estuvo en el tapete, luego de recibir un informe del consultor Alberto Rosso, referido a los elementos que se tienen en cuenta en la figura conocida como colusión (entendimiento entre empresarios para presionar sobre un precio de mercado), pero considerando la dirigencia lo complejo que resulta aportar elementos probatorios para que pueda alcanzarse una decisión favorable en la Comisión de Defensa de la Competencia, destacó a El Observador el vicepresidente de la FR, Manuel Béttega.
Igualmente se admite que la situación ha mejorado con respecto al “embudo” que se produjo sobre fines del año pasado, fundamentalmente en los niveles de faena, que terminan impactando en el precio de las haciendas. Además el dirigente admitió que en su momento el propio gobierno contribuyó al enlentecimiento de la operativa comercial que necesita el productor para la normal extracción de ganados, por lo que fueron en su momento las restricciones aplicadas a la exportación de ganado en pie o el recurso del seguro de paro especial utilizado por las empresas para regular las faenas.

TERCERA BALANZA
Por otra parte, sigue en el tapete el tema planteado oportunamente por la FR en el Instituto Nacional de Carnes (INAC) y que desembocó en una resolución del organismo pidiendo al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) que se fijara la negociación de las haciendas hasta la tercera balanza dejando de lado el “dressing” (emprolijado del animal) como operación industrial.
Sin embargo, el ministro Tabaré Aguerre resolvió que la solución era brindar a los productores en forma obligatoria la información generada por los animales en todas las balanzas de las plantas. Luego de unos meses de adoptada esa medida, se procura establecer que esa solución no se está cumpliendo y que más de la mitad de los productores no está recibiendo esa información, lo que motivará una reunión con el titular del MGAP para tratar ese punto, dijo a Valor Agregado de radio Carve el delegado de la FR ante INAC, Guillermo Villa.

CONGRESO
La Federación Rural realizará su 97° Congreso Anual los días 9 y 10 de mayo en la sede de la Asociación Rural de San José, donde se abordarán temas de competitividad, relación campo-ciudad, situación económica real de los productores, minería (que incluirá la participación de expertos en asuntos jurídicos) y otros puntos referidos a la falta de una adecuada infraestructura.

VALOR AGREGADO INDUSTRIAL
El Valor Agregado Industrial estimado por el Instituto Nacional de Carnes (INAC) para el mes de marzo fue de U$S 362 por novillo faenado, el valor más alto desde julio de 2008. INAC estima un valor medio de compra de los novillos gordos de más de 480 kilos, de razas británicas y sus cruzas, en el mes de marzo, de U$S 849, U$S 17 por debajo del promedio de febrero. A su vez, el valor de venta de todos los componentes de ese novillo fue estimado en U$S 1.210.
Por lo tanto, lo que el INAC denomina el Valor Agregado Industrial, que es la diferencia entre ambas cifras (y representa la suma de todos los otros costos más el margen industrial), subió a U$S 362, U$S 21 por encima de febrero y en el nivel más alto desde mediados de 2008, seis años atrás. En base a estos datos, la publicación del INAC infiere que “en los últimos cinco meses se ha recompuesto la rentabilidad en el eslabón industrial”. Como proporción, el costo del novillo es 70,1% del total de su valor de venta, la proporción más baja desde fines de 2010.
La publicación del INAC advierte que esta significativa recomposición de la ecuación industrial en lo que va de 2014 “no involucra aun el denominado período de zafra donde se puede producir (dependiendo de condiciones climáticas) un nuevo empuje de oferta con el consiguiente impacto en los precios”.