Bepra desbarató la maniobra

Policiales | 25 Abr Tres individuos fueron detenidos luego de descubrirse que faenaban clandestinamente animales y vendían su carne en comercios locales, al culminar un procedimiento de la Brigada Especial de Prevención y Represión al Abigeato, Bepra.
Dos agentes de esa dependencia efectuaban una recorrida en moto por Ruta 90 cuando, próximo al km. 14, observaron a dos desconocidos en moto cargando un bulto de gran tamaño, por lo que fueron detenidos. Así se estableció que se trataba de un joven de 18 años y otro de 19, ambos domiciliados en Paysandú. En la bolsa que portaban se hallaron 4,7 kg. de asado de cerdo, 2,7 de bondiola, 5,5 de hígado, 3,4 de ubre, 1,3 de riñón, 3,5 de corazón y entraña, 1 kg de rabo y 1,5 de lengua; 10,5 de puchero de pecho, 2,8 de matambre y 7 de tapichí. Dijeron que la carne era producto de la faena de un vacuno propiedad del padre de uno de ellos y la trasladaban para venderla en una carnicería y una parrillada.
Citado un hombre de 46 años, padre de uno de los jóvenes, señaló que la carne incautada pertenece a un vacuno que compró en 800 dólares y al que faenaron en un matadero precario existente en su chacra. Corroboró que, al momento de ser detenidos, su hijo y su amigo se dirigían, con una hoja en donde constaba el detalle de mercadería y precios, a los comercios mencionados por los jóvenes. A la carnicería ya le había vendido en dos ocasiones carne dos vacas faenadas clandestinamente, sin confeccionar los documentos correspondientes. Un hombre de 53 años años de Pueblo Esperanza dijo que le vendió al detenido tres vacas Normando, sin las guías pertinentes. Personal de la Brigada inspeccionó una chacra por Ruta 90, en donde se hallaron dos maderos con un hierro tipo travesaño y un aparejo, así como se ocupó dos cuartos vacunos, dos paletas, dos costillares, una chaira de mango roto, cuatro cuchillos, una sierra, un aparejo completo y un rifle. Citado e indagado el carnicero, dijo que efectivamente convino con el detenido en comprarle carne, con el propósito de confeccionar chuletas y pucheros para venderla al público. En otras ocasiones le compró 15 kg. de chorizos y un chuletero de cerdo de 4 kg. a 100 pesos el kilo. Citado el dueño de la parrillada, negó haberle encargado carne al detenido, pese a que en algunas ocasiones le compró bondiola de cerdo para su consumo, no para la venta. En conocimiento, la Justicia dispuso la conducción de detenidos y emplazamiento de demás implicados. Tras recabar declaraciones, resolvió en primera instancia la libertad de los involucrados.