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Paysandú, Domingo 04 de Mayo de 2014

EL MIDES HA SIDO INFORMADO

Uruguaya busca ayuda para superar situación de violencia doméstica: “Tengo miedo que me mate”

Locales | 04 May Una uruguaya, nacida en Montevideo pero que vivió su niñez y adolescencia en Paysandú, vive una difícil situación en España, víctima de violencia doméstica, según contó la protagonista de esta historia, quien se comunicó con EL TELEGRAFO para compartir su vivencia.
Paula Alfonsín Gómez, de 36 años, según narró con detalles, ha vivido situaciones de violencia doméstica en la Madre Patria, por maltratos y abusos de su esposo. Sostiene que hoy se mantiene “con fuerzas y luchando” por sus hijos Daniela (7) y David (2). Pero teme por su vida.
Ha llevado su caso a las autoridades españolas y espera para dentro de poco la primera audiencia de divorcio, mientras que la representación diplomática uruguaya está en contacto con ella y le ha ofrecido su apoyo. En tanto en Paysandú, el Ministerio de Desarrollo Social se ha sido interiorizado del caso a través de la madre de Paula, Laura Gómez, quien reside en nuestra ciudad. “Elevarán el caso a Montevideo; estoy golpeando cuanta puerta puedo”, dijo Gómez.

EL PRÍNCIPE AZUL
La historia comenzó como tantas, una historia de amor, en la que parecía había aparecido el Príncipe Azul. El hombre español llegó a Paysandú hace ocho años para participar de cacerías de jabalíes y se relacionó amistosamente con Paula, quien estaba ya residiendo en Montevideo. Poco a poco la relación se tornó en amorosa y surgió la idea de trasladarse a España, para casarse allá y vivir en la hacienda que él tiene en Mérida, Extremadura.
“Si cuento mi historia es para que se tome real conciencia de lo que podemos sufrir fuera de nuestro país, si nuestras relaciones no son como aparentaban”, expresó. “Nos enamoramos, él parecía una persona totalmente sencilla y buena. Una persona que me daba mucho cariño. Mi madre no quería que me fuera, pero no escuché”.
Pero a poco de llegar a España, “todo cambió, radicalmente”. Se casaron estando ella embarazada de su primogénita, Daniela. “Aún me es difícil entender por qué se transformó; descubrí un ser psiquiátrico. Cuando mi hija tenía un mes y medio me apuntó con un rifle. Yo lloraba por teléfono hablando con mi madre”.
La situación se fue tornando más y más compleja. De acuerdo a datos recientes, en España la violencia doméstica contra mujeres extranjeras (26 en 100.000) es mayor que contra las españolas (19,5). “Me dejaba encerrada en mi habitación cuando se iba. Se llevaba a mi hija. Me tenía amenazada. Estaba en el medio de la nada, en una hacienda, y el hombre que trabajaba con él no se metía. Sufrí muchísimo”, narró.
“Vivía --y aún las sufro--, depresiones fuertes. Me pasaba días en la cama, sin prácticamente comer, sin bañarme. Llegué a pesar 33 kilos. A él nada le importaba. Sólo me maltrataba, me decía que no valía nada. Me golpeaba. Me decía que estaba loca”.
En repetidas oportunidades “le decía que me quería ir, pero siempre me amenazaba con quitarme a mi hija. Hace dos años tuve otro hijo, porque él empezó a decir que iba a cambiar, pero nunca fue así. Todo siguió igual o peor. Nada de lo que me ha pasado lo puedo borrar de mi mente. Estos años han sido terribles, solo me sostienen mis hijos”, relató Paula Alfonsín.

BÚSQUEDA DE AYUDA
La familia abandonó Mérida y se afincó en Castellón (De la Plana), en la Comunidad Valenciana. “Finalmente pude salir y fui a hacer la denuncia, pero la archivaron porque habían pasado varios años. Después fui a la Oficina de Paro (Desempleo) para pedir un subsidio, pero no me lo dieron porque no estoy registrada, solo he sido ama de casa todo el tiempo, un enorme trabajo pero que no es reconocido. Fui al consulado uruguayo y me dieron todo el apoyo, me dijeron que me ayudarán en lo que necesite, incluso el retorno, pero claro, no pueden hacer lo mismo con mis hijos, que son españoles”.
Hace alrededor de un mes “me mandó una demanda de divorcio y me dio tres días para responder. Su intención era después iniciar el trámite para quedarse con los hijos. Pero llamé al 016 (que atiende casos de violencia doméstica del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad). Ahí empezamos a hacer todo lo necesario y en tres días pude responder. Por supuesto dije que sí. Quiero divorciarme, quiero la tenencia de mis hijos y regresar a Uruguay. Cuanto antes, mejor”.
La primera audiencia de divorcio se realizará el 20 de mayo. No obstante, Paula se enfrenta a la dificultad de que carece de dinero. “No me da dinero alguno. Los otros días le pedí para comprarle ropa a los chicos y se negó. Me ha vuelto a pegar, se me desvió el tabique nasal. Mi hija Daniela vio cómo me pegaba. Es horrible; la niña no quiere verlo, le tiene miedo”. Para los gastos más básicos “estoy vendiendo algunas cosas, incluso algunas joyas que él me había regalado”. Al carecer de dinero, “para el divorcio no tengo abogado, pero mi psicólogo y mi psiquiatra informaron que ‘es ansiosa debido a los maltratos de su marido’ y agregan que ‘está apta para seguir criando a sus hijos’”.
“Ahora peso 46 kilos y nuevamente no puedo comer, no me pasa la comida. Es terrible como vivo. Tengo miedo de que me mate. Vive en la misma casa y quiere ver a los niños, pero mi hija le tiene miedo y al más pequeño no quiero dárselo. No sé si se los puede raptar. No sé qué puede hacer”, afirmó Paula Alfonsín.


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