Paysandú, Martes 13 de Mayo de 2014

No perdimos soberanía ni conectividad

Opinion | 07 May Según admitió a El Observador el subsecretario del Ministerio de Turismo y Deporte, Antonio Carámbula, después del “cimbronazo” de 2012, “ahora estamos en una buena situación”, al evaluar el estado actual de la conectividad aérea del país. Sostuvo que tras un arduo esfuerzo del sector privado y público estas acciones comienzan a dar sus primeros frutos.
El jerarca de gobierno formuló estas reflexiones cuando estamos a punto de cumplir dos años --en julio próximo-- de los hechos que derivaron en que el Poder Ejecutivo decidiera el cierre de la empresa Pluna, con todo lo que ello trajo aparejado en cuanto al intento de una salida con los funcionarios de la compañía para que el país no “perdiera” conectividad y la “soberanía” de los cielos por el cese del funcionamiento de Pluna.
El hecho es que durante estos dos años en que no tuvimos “aerolínea de bandera”, pese a los argumentos manejados desde el gobierno y el gremio del sector, el Uruguay estuvo muy lejos de quedar aislado por vía aérea, y contrariamente a estos pronósticos negativos en las últimas semanas el Poder Ejecutivo recibió una sucesión de buenas noticias de compañías aéreas que comunicaron el aumento de sus frecuencias o el interés de otras que analizan la posibilidad de aterrizar en el aeropuerto internacional de Carrasco.
Surge de estos planteos y elementos concretos que se ha ido consolidando un escenario que alienta la competencia y termina favoreciendo al usuario, que cuenta con una mayor oferta y precios más convenientes para concretar su viaje al exterior. “En términos generales, hubo una recuperación de la conectividad”, dijo el viceministro de Turismo en diálogo con El Observador, para considerar que ello obedece al crecimiento que Uruguay ha registrado en los últimos años como destino turístico y también por la cercanía natural que tiene con ciudades importantes de la región como San Pablo o Buenos Aires.
“Asimismo, la situación económica de los uruguayos permite que hagan más viajes dentro y fuera de fronteras. Esto también despierta el interés de las aerolíneas”, acotó. Por su lado, el presidente de la Cámara de Turismo, Luis Borsari, al analizar este panorama llevó su análisis a otro perfil, al subrayar que “individualmente esto es lo que perseguimos del sector privado hace muchísimos años. El cierre de Pluna generó un cimbronazo para que públicos y privados nos moviéramos como ‘gato entre la leña’”. Pero de todas formas, Carámbula consideró que en la conectividad con la región aún quedan cosas por hacer, ya que el vacío que dejó la exPluna aún no fue ocupado en su totalidad por el mercado aeronáutico, pese a que en el caso de Brasil, nuestro país recibió el año pasado 400 mil turistas, transformando así a Uruguay en el tercer destino de los visitantes brasileños. “Estamos haciendo mucho foco en Brasil como para pensar que es posible tener algún vuelo más”, comentó el jerarca de Turismo.
En tanto, el gerente de la Cámara Aeronáutica, José Luis Hernández, opina que el cambio en la paramétrica que definió Ancap sobre cómo se fija el precio de combustible fue “vital para darle transparencia” al mercado. “Ahora, cualquier jefe de una aerolínea sabe cuánto cuesta el combustible”, resaltó. Por otro lado, Hernández indicó que hoy ya no hay rutas “de prestigio”, como podía ocurrir en el pasado. “Hoy las compañías aéreas tienen un modelo de negocio que les indica si la ruta es rentable o no. Todas las decisiones se toman en base a criterios comerciales”, explicó.
Se infiere de estas evaluaciones que la “catástrofe” que se intentó evitar con el cierre y proceso de venta de la aerolínea, incluyendo el affaire Cosmos-López Mena, y la “necesaria” permanencia de los exfuncionarios de Pluna en una salida que le costó al país cientos de millones de dólares, y que le costara el cargo al exministro de Economía y Finanzas, Fernando Lorenzo, y del titular del Banco de la República, Fernando Calloia, por el aval irregular concedido a un testaferro de la empresa, fue una novela tan costosa como innecesaria para los intereses del país.
Han pasado dos años y lejos de perderse la conectividad --que se esgrimía como argumento sine qua non para que el Uruguay contara con una empresa nacional al precio que fuera--, en gran medida se han abierto los cielos sin perder nada que tenga que ver con la soberanía, y por el contrario, se ha recuperado soberanía si se tiene en cuenta que los uruguayos pudimos dejar de subsidiar una aerolínea que sólo era importante para unos pocos funcionarios que ganaban muy buenos sueldos a costilla del pueblo uruguayo.
Los hechos han demostrado entonces que no hay razones para seguir gastando millones de dólares en subsidios para mantener una “línea aérea de bandera”, por más que los extrabajadores de Pluna insistan en convencer a los uruguayos que es imprescindible para el desarrollo turístico y empresarial del país. Sin embargo contra viento y marea la “cooperativa de trabajadores” se saldrá con la suya, y es así que el Fondes ya aprobó una línea de crédito por 15 millones de dólares para la nueva aerolínea “uruguaya”, que será la primera partida a tirar en un nuevo barril sin fondo. ¿Los motivos? Al parecer a nadie le importan, son como “bienes del difunto”.


EDICIONES ANTERIORES

A partir del 01/07/2008

May / 2014

Lu

Ma

Mi

Ju

Vi

Sa

Do

12

12

12

12

Diario El Telégrafo

18 de Julio 1027 | Paysandú | Uruguay
Teléfono: (598) 47223141 | correo@eltelegrafo.com