Rurales | 14 May “Es necesario producir lanas de más valor”, sostuvo a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Marcelo Grattarola, técnico del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), al explicar que a nivel nacional e internacional “son ampliamente conocidas las excelentes características de calidad que poseen nuestras lanas, analizadas en condiciones razonables de producción”.
El profesional sanducero apuntó que las más destacadas son: “alto rendimiento al lavado, alta resistencia a la tracción, buen largo de mecha, muy buen color y bajo contenido de materia vegetal”.
Por otro lado, se presentan algunos problemas a resolver, como ser “lanas manchadas por la orina, que producen fibras pigmentadas, pinturas inadecuadas (tipo, cantidad, momento y lugar de aplicación) y presencia de fibras contaminantes (plastillera)”.
Para el técnico el valor lana que produce una majada “representa por lo menos un 30% del total del ingreso y va hasta el 50% según orientación, por lo que debemos realizar un esfuerzo por mantener o incrementar ese valor”.
En primera instancia, Grattarola entiende que “es muy claro que el diámetro contribuye en un 90 % a la formación del precio y es el factor más importante a considerar para aumentar el ingreso del componente lana”.
Además, para producir lana en cantidad y de la calidad requerida, “debemos hacer esfuerzos a nivel de la producción y durante todo el año, atendiendo correctamente los procesos de manejo, nutrición y sanidad, de acuerdo a la orientación genética definida”.
Al momento de la esquila, “ésto implica cumplir con las normas de esquila y acondicionamiento que el SUL promueve, y por lo tanto posibilita colocar las grifas celeste o verde según corresponda”.
“Estas normas exigen realizar un descole previo a la esquila, la prolijidad de la empresa de esquila, el no uso de contaminantes y la preparación adecuada del galpón por parte del productor”, precisó el técnico.
En términos generales, “se puede decir que una alta calidad del producto, permite acceder a mejores oportunidades de comercialización y por lo tanto a mejores niveles de precio”.
Subrayó el profesional que “ésto se cumple si el lote de lana es analizado con medidas objetivas, por lo menos diámetro y rendimiento al lavado, que no sólo contribuyen a tomar decisiones de selección, sino que son características básicas que la industria requiere”. En resumen, Grattarola explicó que “una lana bien producida durante el año, bien cosechada en la esquila y con medidas objetivas, le permitirá al productor acceder a distintos canales de comercialización, para valorar las características logradas en su lote”.
acuerdo
Uruguay acordó participar con U$S 25.000 en 2014 y otros U$S 25.000 en 2015 para acompañar el proyecto Campaign for the Wool (Campaña por la Lana) que lleva adelante el International Wool Textile Organization (IWTO) para promocionar el uso de la fibra en los principales países consumidores.
Los aportes provienen de la Cámara Mercantil de Productos del País (CMPP), del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) y del grupo de productores de lana ultrafina, Consorcio Regional de Innovación de Lana Ultrafina (Crilu), sostiene un informe de Tardáguila Agromercados.
El ingeniero agrónomo Francisco Donagaray, indicó que la idea es promocionar que en Uruguay también se producen lanas finas y superfinas de muy buena calidad. La Campaña por la Lana, lanzada en el año 2010, es un emprendimiento global liderado por el Príncipe Carlos, de Gales, con el fin de “sensibilizar a los consumidores sobre los beneficios únicos, naturales y sostenibles que ofrecen las lanas”, dice el sitio web de la campaña.
Se propone fomentar la colaboración entre la comunidad internacional de productores de lana, los principales diseñadores de moda, minoristas, fabricantes, artesanos y diseñadores de interiores. La Campaña por la Lana se propone educar a los consumidores acerca de la versatilidad de la fibra, con la posibilidad de ser utilizada desde géneros de lujo con lana merino fina, hasta aislamiento ignífugo para el hogar. Aunque el aporte uruguayo es prácticamente simbólico si se tiene en cuenta el gasto que implica la promoción de este tipo de productos en los principales países consumidores, se propone de esta manera acompañar los esfuerzos que se realizan desde los principales países productores, fundamentalmente Australia.