Locales | 08 May Ayer estuvo en la Basílica Nuestra Señora del Rosario, cuya restauración ha sido confiada al experimentado Estudio Collet-Neri de Montevideo, el arquitecto Francisco Collet. Supervisó en el atrio un cateo realizado en los altos revoques que, a la vieja usanza, eran aplicados sobre metal adherido a las vigas de madera de gran calidad de su construcción original. “Esto no determina, aclaro, que la estructura del atrio presente ningún problema, aunque sí las humedades de antigua data afectaron la parte superficial y simplemente por una previsión normal fue cercado con una cinta de ‘Pare’ el sector izquierdo, sin que ello afecte el normal acceso y salida de las personas que concurren al templo”, dijo.
Hizo una apreciación particular sobre la madera que se empleaba antiguamente: “tienen una resistencia impresionante, al punto que un técnico japonés que intervino en la restauración del Sodre, a cargo de nuestro estudio, analizó uno de los tirantes de ese noble material y no pudo determinar la razón de su perdurabilidad. Esto es lo que hemos observado aquí en el atrio de la Basílica”.

NUEVA ILUMINACIÓN
Nuestro entrevistado puso énfasis en la tarea que ahora está en condiciones de iniciarse –la nueva instalación eléctrica en el interior- asegurando incluso que “la gente se va a caer de espaldas cuando ‘descubra’ el arte, las pinturas, que tiene la Basílica. Ocurre que no solamente se trabajará sobre una iluminación práctica, sino que el objetivo será realzar el patrimonio histórico cultural que está contenido en los trazos del italiano Antonio Buscaglia”. Este trabajo ha sido confiado a la empresa sanducera Eduardo Stagno y “para elaborar el proyecto se han hecho distintas consultas, incluso con UTE, a fin de lograr lo que decía. Que la Basílica tenga por primera vez una iluminación que destaque la obra pictórica, a la cual a su vez hay que respetar buscando los caminos, las vías, que no interfieran en nada con las imágenes”.

SEGURIDAD Y AHORRO
DE ENERGÍa
El arquitecto Collet destacó que “lo que se acaba de terminar es la instalación de lingas de seguridad para el trabajo –están a un promedio de 9 metros de altura- que quedarán fijas, permanentes, para el futuro mantenimiento de esta nueva instalación.
De esas lingas se prenden unas ménsulas en las cuales descansan bandejas (pasarelas) donde se movilizan los electricistas debidamente sujetos por los elementos de seguridad”.
En cuanto al recambio de lo existente, reconoce que “los mayores incendios en edificios históricos --y le cito el Teatro Solís, el Sodre o el Teatro Odeón en Montevideo--, se originaron en los cables forrados en tela que antiguamente se empleaban –incluso aquí en la Basílica- que ahora desaparecerán en su totalidad. Pero además se instalará un tablero central para el manejo de todo el sistema lo que será mucho más funcional”. Respecto al costo de consumo de energía eléctrica aseguró que “una vez instalado el más de medio millar de luminarias LED en el interior, no tengo ninguna duda que lo gastado en el servicio de UTE será menor al actual”.
Explicó a EL TELEGRAFO que “las restauraciones llevan su tiempo y deben ser encaradas en forma racional, sin apuros, pero en cuanto al realce de iluminación que deben tener las pinturas se expresó la experta española que nos visitó hace varios meses. Yo mismo anduve por las pasarelas y le aseguro que es un arte que realmente impresiona, algo que seguramente tendrá una excelente visión desde el piso impresionando a quienes entren por primera vez como a los visitantes que lleguen a conocer la Basílica de Paysandú”.