Paysandú, Jueves 15 de Mayo de 2014
Policiales | 14 May El juez Penal de Segundo Turno, Fernando Islas, decidió iniciar procesos infraccionales a tres de ocho menores identificados como los que empleaba la banda del narcotraficante Francisco Arbelo, alias “Chiquivinqui” --encarcelado la semana pasada en el marco de la operación “Invasor”-- para perpetrar amenazas, daños y atentados. Los menores fueron conducidos ayer junto a sus respectivos responsables desde Guichón a Paysandú, en un nuevo operativo practicado por la Brigada Antidrogas de la Jefatura de Policía. La operación fue resultado directo de la continuación de amenazas dirigidas a la alcaldesa de Guichón y otros vecinos luego de que Arbelo y el otro líder de la organización --sin incluir al que se encuentra prófugo-- fueran procesados con prisión.
CONTINUABAN AMENAZAS
La sucesión de amenazas motivó que el jefe de Policía, inspector principal Alberto Camacho, y otros integrantes del Comando se trasladaran inmediatamente a la segunda ciudad del departamento, optándose finalmente por practicar un nuevo operativo.
Los adolescentes fueron conducidos desde sus respectivos domicilios y uno de ellos retirado, en presencia de un responsable, del centro de estudios en donde asistía a clases. Mayores y menores fueron conducidos en un micro a Paysandú; fueron indagados en la sede policial y luego comenzaron a prestar a declaración desde las 13 ante el juez penal de Segundo Turno, Fernando Islas.
$ 10.000 POR ATENTADOS
Entre los detenidos se encuentran la esposa y un hijo menor de Francisco Arbelo. En el marco de la investigación realizada se pudo establecer que el narcotraficante y otro adolescente pagaban sumas de hasta 10.000 pesos a menores para ejecutar actos intimidatorios --como arrojar “bombas molotov” e incendiar vehículos-- en perjuicio de las personas que se oponían al accionar delictivo de la organización.
Durante las indagatorias practicadas, se estableció incluso que un incendio en una finca por el que recibieron dinero, intentaron llevarlo a cabo --afortunadamente sin éxito-- en la casa equivocada.
“LA VENTANITA” SIGUE ABIERTA
Tras el procesamiento de Arbelo, su hijo se hizo cargo del 24 horas “La Ventanita” que su padre instalara, junto a una panadería de elaboración propia, frente a la casa de dos pisos que el narcotraficante construyera en poco tiempo en un terreno que anteriormente era baldío.
Los métodos usados por Arbelo para amedrentar a sus oponentes fueron comprobados durante los interrogatorios de los detenidos en la operación “Invasor”.
Uno de ellos manifestó que incluso él mismo, a pesar de ser cliente del narcotraficante, tenía --según su declaración textual-- “miedo de represalias que puede tomar Arbelo ya que éste estila a amenazar con prender fuego la casa o vehículos de las personas y a la vez ha andado a los tiros”.
Los menores y sus responsables declararon hasta cerca de la medianoche ante el juez Islas, quien finalmente dispuso iniciar proceso infraccional a tres de ellos. Durante la instrucción, también fueron aclarados un total de 15 hurtos cometidos por los menores en Guichón.
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