Opinion | 15 May Luego de marchas y contramarchas finalmente se concretó el tan anunciado viaje del presidente de la República José Mujica a los Estados Unidos para entrevistarse con su par Barack Obama.
La ocasión fue propicia para llevar adelante una serie de reuniones de trabajo y establecer contactos con distintos actores económicos de aquel país. Precisamente durante su alocución ante empresarios de la cámara de comercio norteamericana, además de dejar en claro que Uruguay es uno de los países más justos de Latinoamérica en términos de distribución de la riqueza (factor importante para los uruguayos pero poco atractivo para potenciales inversores que ven que la rentabilidad de sus negocios financiará políticas sociales); poner de manifiesto el problema del estancamiento demográfico (nula tasa de natalidad, dando como consecuencia un mercado que no crece) y el envejecimiento de la población (demanda con acotado poder de compra, poca mano de obra joven, país conservador, etcétera), Mujica culminó diciendo que: “Tenemos que dar un salto y ese salto implica mayor calificación del trabajo, que supone, más inversión en educación, y de ahí la importancia de la vinculación. A Estados Unidos le pedimos profesores y gente para formar (a nuestros jóvenes)”. En resumidas cuentas según nuestro primer mandatario, el Uruguay es un país justo (lo que a su vez lo vuelve poco rentable), estancado demográficamente y para colmo, con un déficit educacional de cara al futuro, lo que no hace más que hipotecar las chances de las generaciones que vienen.
Esto último sin embargo deja entrever que para la corriente política de izquierda que gobierna nuestro país lejos parecen haber quedado atrás los miedos de sucumbir ante el poder económico e imperialista de la nación Norteamericana. Y es destacable que en un tema tan crucial para cualquier sociedad como lo es la educación de su pueblo, se pida ayuda donde, cuando y a quien más nos convenga en términos de beneficios, sin importar viejos eslóganes o ideologías obsoletas ya pasados de moda. Como dijera el activista político estadounidense Malcom X: “la educación es el pasaporte hacia el futuro, el mañana pertenece a aquellos que se preparan para él en el día de hoy”.
Habrá entonces que empezar a imponer una nueva moda y cambiar los viejos y queridos graffitis “yanquis go home”, por otros un poco más amistosos, como por ejemplo “yanquis come home”.