Paysandú, Sábado 24 de Mayo de 2014

OPINIÓN

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Locales | 18 May Negligencia médica
Soy un médico sanducero que reside en Barcelona. El motivo de esta nota es denunciar una lamentable asistencia médica recibida, con la intención de colaborar de alguna manera a que no se vuelva a repetir con otros pacientes.
El pasado mes de abril fui a visitar a mi madre a Paysandú. El 15 de abril a las 16 horas tuve un accidente con el coche que conducía acompañado por mi madre. Tras un buen rato de espera, una ambulancia nos trasladó a Emergencias de Comepa, donde mi madre llegó con fuertes dolores, especialmente en cuello y tórax, y varias heridas. Todo médico debe saber que un paciente politraumatizado tras accidente, de 85 años, con tratamiento anticoagulante (como era el caso) es un paciente de riesgo y requiere atención urgente, estudios radiológicos concretos y control. Nada de eso fue así. Tras una larga espera, mi madre fue brevemente explorada en una silla de ruedas, se le hicieron dos simples radiografías sentada en la silla (Rx de una mano y Rx de perfil de la columna cervical). No se planteó un estudio radiológico portátil, dado el riesgo de movilización en paciente con posible lesión de columna. En las Rx no se vieron fracturas, por lo que inmediatamente fue “despachada” a casa, sin ningún informe asistencial ni tratamiento para el dolor. No se realizó ni siquiera algo básico como una Rx de tórax, y mucho menos una TC (tomografía computarizada) de cráneo y/o de columna cervical. Siete días más tarde, tras inmensos sufrimientos, mi madre fallecía como consecuencia de las lesiones sufridas en el accidente y que se comprobaron días después, tras su agravamiento e ingreso en el Sanatorio Modelo, gracias a la actuación (privada) del Dr. Cardoso. Tenía fracturas de dos vértebras cervicales, cinco costillas, y neumohemotórax (sangre y aire en el tórax).
La atención recibida por mi madre en Emergencias probablemente sería tipificada por un juez como negligencia profesional, como así le dije al Dr. Roberto González Lecuna (CP 80963) traumatólogo responsable de la asistencia recibida. Pero mi intención no es entablar un pleito contra nadie, sino como decía, dar un grito de alarma sobre lo que posiblemente no sea un caso aislado, y pedir que este tipo de actuaciones médicas “a la ligera” no se repita.
Aunque incomparablemente menos trascendente, aquel mismo día también fui victima de otro error médico: tras Rx de mano izquierda se me diagnosticó “fractura de 4º metacarpiano sin desplazamiento”. Semanas más tarde, observando la misma radiografía con un traumatólogo de Barcelona, se aprecia un claro desplazamiento de la fractura que hubiera necesitado intervención quirúrgica, así como otra fractura del 3º metacarpiano.
En todo esto sólo caben dos posibilidades: o negligencia, o formación profesional insuficiente. Prefiero pensar lo segundo, menos grave, pero éticamente igual de inaceptable.
Acabo con un agradecimiento a los profesionales del Sanatorio Modelo (médicos radiólogos, internista, cirujano, personal de enfermería), y especialmente por la sensibilidad humana del equipo médico de la Unidad de cuidados intensivos, que hizo lo posible por la vida de mi madre. Un último dato para el recuerdo de mi padre: mi madre era la viuda de uno de los médicos fundadores de Comepa y Jefe del Servicio de Radiología hasta su muerte en 1998: el Dr. Ítalo Mulattieri.
Dr. Daniel Mulattieri Suárez


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