Paysandú, Miércoles 28 de Mayo de 2014

OPINIÓN

RECIBIMOS Y PUBLICAMOS

Locales | 25 May Derecho de respuesta
del Dr. Roberto
González Lecuna
Debo hacer un alto en mi profesión, a extremos de referirme a la publicación del domingo 18 de Mayo pasado, bajo el título “Recibimos y publicamos”: “Negligencia médica”, redactado por el Dr. Daniel Mulattieri, en cuanto se menciona mi persona. En dicha publicación, además de atacarse mi prestigio como médico, se vulnera mi buen nombre y Honor, pero lo más grave es que se me está atribuyendo la eventual comisión de un delito de homicidio culposo.
Entiendo y comparto el dolor del Dr. Mulattieri por la muerte de su señora madre; más no puedo aceptar que se pretenda exponerme al desprecio y escarnio público, atribuyéndome acciones y omisiones que no he cometido, y en nada se comparecen con la realidad fáctica.
Los hechos sucedieron de la siguiente manera;
1º- La paciente (madre del colega), una persona de 85 años, luego de haber sido atendida en emergencia, fue derivada al médico traumatólogo (quien suscribe) a extremos únicamente de practicársele estudios de columna cervical. La radiografía efectuada, no mostraba lesión de especie alguna. A raíz del dolor y el difícil manejo del paciente en ese momento, se tornaba imposible realizar una tomografía, por lo que opté en forma coherente en inmovilizar con collarete, aclarando a su hijo que debería revalorarla en 48-72 horas para solicitar algún otro estudio necesario.
2º- Lo expresado fue debidamente explicado, claramente comprendido y aceptado sin objeciones por parte del colega.
3º- En lo que atañe a la fractura en mano izquierda del Dr. Daniel Mulattieri, la misma fue correctamente diagnosticada y tratada.
Bajo ningún concepto en nuestro medio, así como en otros países, una fractura de estas características requiere intervención quirúrgica. Además de esto, las rx y la historia clínica de emergencia, acreditan mis dichos con claridad meridiana; las fracturas de su mano (que denuncia como mal tratadas), fueron correctamente evaluadas, con tratamiento acorde a la lesión.
4º- Es muy difícil comprender, como un colega pueda accionar de esta forma; quizás la raigambre de su proceder, se justifique en el dolor y angustia por su pérdida. No obstante, no puedo tolerar que se pretenda responsabilizarme de un hecho que no he concurrido a causar.
5º- Su madre fallece a consecuencia de una complicación respiratoria por un traumatismo de tórax, área esta que no compete a mi especialidad de traumatólogo.
En todo momento he actuado acorde a los principios establecidos en el Código básico de la Lex Artis. Mi conciencia (que en definitiva es el juez y verdugo de cada hombre) se encuentra en paz y armonía.
Como ser humano, estoy plenamente convencido que he actuado de manera correcta, que no me he desviado del camino y sobre todo, que no he concurrido a causar el mal que se quiere atribuirme.
En segundo término como médico, detento el cabal convencimiento que jamás he quebrantado mi juramento hipocrático.
Quiero agradecer antes que nadie a mi esposa y a mi familia por el apoyo y contención que me brindaron, al sinnúmero de pacientes, colegas, amigos y personal de salud que se han solidarizado conmigo en esta penosa y triste situación en la que injustamente me veo involucrado.
Me identifico con los que piensan que venimos al mundo para construir, para dejar una sociedad más justa y solidaria, a los que vienen y están por venir; con ese ideal vivo y con el mismo me iré. Por esta razón opté por la profesión de médico.
Atte. González Lecuna
Médico Traumatólogo (CP 80963)


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