Paysandú, Martes 03 de Junio de 2014

Una incorporación que forma parte de la respuesta

Opinion | 30 May Aunque tal vez de trascendencia relativa para el gran público, es sin embargo de capital importancia para los productores del sector y para la propia producción nacional la reciente instalación en la Estación Experimental Dr. Mario A. Cassinoni (Eemac) del nuevo laboratorio del Consorcio Regional de Innovación Lechero del Litoral (CRI-Lechero del Litoral), que constituye un emprendimiento público-privado que está dirigido a asistir y potenciar al sector.
Este consorcio es conformado por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), las empresas lácteas Claldy S.A. y PILI S.A, la Facultad de Agronomía y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), lo que indica que hay aportes empresariales, del Estado y técnicos en aras de un objetivo superior.
Precisamente el Consorcio Regional de Innovación Lechero del Litoral tiene entre sus principales cometidos el trabajar en proyectos de innovación y desarrollo y en particular van a desarrollar el estudio de las mejoras que se obtienen en la producción de queso a partir del conocimiento de la leche, lo que a juicio de los expertos permitirá obtener mejores resultados, productividad y otros beneficios no poco significativos.
En este caso particular estamos en un sector dinámico, que si bien tiene un buen mercado interno, su producción de mayor volumen se dirige al exterior, con un planteo de desafíos muy notorio, y en el exterior se deben mantener y conquistar mercados en base a la ecuación calidad-precio, que involucra aspectos técnicos y de competitividad sustentada en costos internos de producción y logística.
Según indicó a EL TELEGRAFO el presidente del consorcio, ingeniero químico Daniel Volpe, este conocimiento de la materia prima va a permitir “mejores resultados, mejor productividad y mejores beneficios” a las empresas lácteas, y “las necesidades de mejoras de productividad de las empresas pasan por el conocimiento del proceso, lo que permite optimizar y lograr mejores resultados”.
Particularmente se estudiará la caseína que contiene la leche remitida por los productores tamberos, ya que “eso afecta la producción de queso”, que es precisamente uno de los rubros más importantes en el caso de las empresas que trabajan para la exportación, y donde naturalmente enfrentan fuerte competencia de diversos orígenes, incluso en algunos casos con subsidios directos o indirectos que distorsionan precios de venta.
El consorcio apunta a la vez a fortalecer el Sistema Nacional de Innovación Agroindustrial, en línea con la estrategia nacional para el desarrollo sustentable, contemplando la competitividad de los agronegocios con foco en la innovación tecnológica, equidad social y la mitigación de los efectos ambientales, y en el caso concreto de este laboratorio, se trata de una inversión del orden de los cien mil dólares en equipamiento y adecuación edilicia del nuevo laboratorio en el Eemac y en el marco del denominado Polo Agroalimentario y Agroindustrial que se instaló en el lugar.
Pero más allá de los aspectos inherentes a este emprendimiento en sí, que es sin dudas importante, la iniciativa se enmarca en la instrumentación de acciones de relevancia mayor en apoyo de la producción de base agropecuaria de nuestro país, que es la fuente tradicional de riqueza en el país, y que requiere agregar a las ventajas comparativas por suelo y clima la mejor tecnología aplicada para potenciarla.
Y la tecnología al servicio de la producción, en el área que sea, es un factor diferencial para un país que debe apostar como ninguno a la ecuación calidad-precio, sobre todo atendiendo las particularidades del país, que no son las mismas que las de otros lugares en los que si bien se ha avanzado mucho, tienen parámetros diferentes y no siempre lo que sirve en otras latitudes es aplicable o es la mejor solución para los desafíos del Uruguay.
Es decir que la investigación propia es clave para ensanchar y mejorar técnicamente la base de apoyo de nuestra producción, en este caso los lácteos, pero también se aplica en la agricultura, en la carne, en la madera, entre otras áreas que son piezas fundamentales en la producción primaria.
En este contexto, el decano de la Facultad de Agronomía, Fernando García, expuso que en las nuevas formas de trabajo y relacionamiento con los sectores productivos y los demás actores públicos u organizaciones vinculadas “vamos a velocidad de vértigo para lo que es la Universidad”, precisamente teniendo en cuenta antecedentes de hace unos años en que la UdelaR se centraba en acciones para y por una élite, sin adentrarse en la problemática del quehacer socioeconómico del país.
En este contexto debe evaluarse la incorporación efectuada ya hace un tiempo a la propia Eemac del Polo Agroalimentario Agroindustrial de Paysandú, que es un emplazamiento de investigación interdisciplinario que conjuga disciplinas como química, ingeniería, veterinaria y agronomía, con vistas a la formación y capacitación de técnicos para la incorporación del conocimiento aplicado, y que forma parte de la respuesta que desde la cátedra se requiere como aporte para construir el país del futuro, en base al mejor aprovechamiento de nuestro potencial, pero a la vez trabajando por y para un mejor presente.


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