Paysandú, Martes 03 de Junio de 2014
Rurales | 01 Jun En el marco de actividades que el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) lleva adelante con el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) para el apoyo de la mujer rural, se desarrolló en la presente semana en pueblo Zeballos un curso relacionado a la fibra de la lana y el tejido artesanal, con la presencia de mujeres de la zona.
En la víspera tuvo lugar el cierre de las jornadas encabezadas por Katherine Sochara del SUL, acompañada por Sonia Dávila, artesana de San José que brindó su apoyo en el curso, y quienes valoraron muy positiva la experiencia, reiterando en varias oportunidades que continuarán en contacto con las participantes para conocer los avances que obtienen.
La última actividad, concretada este viernes, estuvo a cargo de Juan Gabriel Rodríguez, del Banco de Previsión Social, y Paola Herrera, quien se refirió a la prevención en el ámbito laboral, además del ingeniero agrónomo Marcelo Grattarola, técnico en Paysandú y Río Negro de la institución lanera.
“La idea fue trabajar con la lana, que los pequeños productores tienen tan a mano y a veces no le dan el valor que tiene, y a través de este curso enseñarles a procesarla con distintas técnicas, y poder hacer un aporte más a la economía del hogar o simplemente aprender una manualidad”, dijo Sochara.
Dentro de las técnicas, se les enseñó a lavar la lana, hilarla con las ruecas, tejerla con agujas o telares, a teñirla con yuyos o anilina, “o con lo que se tenga a mano”, indicó la responsable de la actividad. “La naturaleza nos brinda en el campo la posibilidad de encontrar plantas que al hervirlas largan su tinta y ayudan a teñir la lana”, puntualizó.
“Ellas tienen la lana con sus animales, y ahora la pueden procesar de la mejor manera, para hacer un producto que sea vendible o de uso propio en su hogar”, dijo.
En sus cuatro días en la zona, Sochara apreció “las necesidades que las mujeres tienen de aprender cosas y veo que hay muchas actividades para hacer, además de mayor participación de la propia familia”. Agregó que “no solo enseñamos las técnicas sino que le brindamos las pautas de trabajo en equipo”.
Sostuvo que “esto no termina acá, sino que las voy a seguir llamando, preguntándoles en qué están, y si al SUL llega gente preguntando quienes trabajan con la lana, tengo los contacto de las mujeres de pueblo Zeballos, y que sientan que esto no termina en el curso, sino que hay que continuar”.
SATISFACCIÓN
Adriana Elgart, integrante del grupo de mujeres de pueblo Zeballos, se mostró “contenta con lo sucedido en este curso, porque aprendimos mucho”.
Explicó que por vivir en el campo “conocíamos la lana cruda, pero aprendimos muchas cosas que no sabíamos, como hilar la lana con la rueca, preparamos el fieltro, que es un amasado con agua y jabón, y todos los matices que se le podían dar con lanas de colores, además del teñido de la lana, con carqueja o el musgo de los piques”.
PREVENCIÓN
La técnica prevencionista Paola Herrera señaló que “está bueno que además de los cursos de capacitación, y nuevas técnicas para el desarrollo de los trabajos que realizan, vaya de la mano de la seguridad en las tareas que llevan adelante”.
Explicó que en todas las actividades cumplidas por el SUL “hemos encontrado grupos muy participativos, haciendo consultas o formulando sugerencias, siendo muy buenas las experiencias a nivel personal”.
Explicó que muchas veces en el sector rural “asimilaban como que es normal trabajar bajo determinadas condiciones y no conocían lo que es la seguridad, por lo que indicábamos que las tareas van de la mano del cumplimiento de las normas”.
BENEFICIOS
Juan Gabriel Rodríguez manifestó que “les planteamos todas las posibilidades que tienen de acceder a beneficios tanto de prestaciones del Banco de Previsión Social, como lo atinente a la contrapartida de la persona”.
“Es importante que sepan que tienen un organismo al cual recurrir, no solo para prestaciones puntuales, sino que el BPS atiende muchas áreas más, que el común de la gente no está en conocimiento”.
Solicitó a las participantes de la actividad que “se asesoren y busquen la forma de atender ciertas necesidades, no solo en la parte económica, sino en la parte de salud y social, que lo puede canalizar a través del organismo”. A partir del planteamiento de asistentes a la jornada se logró conocer la situación de productores del pueblo, quienes con varios años de edad no tienen acceso a los beneficios del BPS. Precisó Rodríguez que el productor “debe saber que sus derechos están respaldados por el Estado y que esos derechos tienen la contrapartida que es la parte de las contribuciones de seguridad, que tiene que ver con la responsabilidad del trabajador”.
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