Paysandú, Jueves 05 de Junio de 2014
Opinion | 31 May Hace pocos días se supo que tras las gestiones que se extendieron durante largo tiempo, el Estado, con dinero de todos los uruguayos --por supuesto--, decidió autorizar una línea de crédito de quince millones de dólares para que pueda comenzar a funcionar la empresa Alas U, integrada por exempleados de la desaparecida aerolínea nacional Pluna. Los argumentos manejados para justificar esta nueva quijotada fueron que Uruguay debía contar con una aerolínea “nacional” y había que mantenerles el empleo a los funcionarios que resultaron damnificados por el cierre de la aerolínea.
Es así que la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) firmó el lunes la línea de crédito mencionada para Alas Uruguay, que es integrada por 300 extrabajadores de Pluna, para lo cual hubo que concretar una garantía con los bienes personales de los directores de la empresa en trámite.
Por su lado el Pit Cnt dispuso como “garantía” para concertar esta operación sus propiedades, consistentes en tres autos y una camioneta, que fueron valorados en 445.000 dólares --a razón de un promedio de 111.000 dólares por cada uno de estos vehículos usados--, según fue anunciado por el propio director de Alas Uruguay, Nicolás de los Santos.
Dentro de una semana, culminado este trámite, la CND firmará los documentos que permitirán que los trabajadores puedan solicitar y firmar el primer desembolso de dinero que se utilizará para cerrar el arrendamiento de los tres aviones Boeing 737 300 que usará en una primera instancia la nueva empresa.
En un principio Alas U efectuará vuelos charter y planifica iniciar los vuelos regulares en la región en noviembre de este año, comenzando a operar con 225 funcionarios, entre pilotos, azafatas y administrativos.
Evidentemente, se trata de otro caso de apoyo financiero a empresas autogestionadas con dinero del Estado, solo que en este caso se arrastra todo desde el caso Pluna, que ya lleva pérdidas estimadas en el orden de los 300 millones de dólares, con el agregado del episodio de una garantía “perfecta” al decir del procesado y renunciante expresidente del Banco de la República, Fernando Calloia, y del también renunciante exministro de Economía y Finanzas, Fernando Lorenzo.
No es un tema menor, y no solo por la magnitud de la cifra involucrada, que naturalmente significa que cada ciudadano tiene que poner de su bolsillo para cubrir este verdadero agujero negro, sino porque además todavía hay muchos puntos oscuros en cuanto a responsabilidades penales y políticas, desde que si bien puede concederse que jerarcas involucrados no habrían actuado buscando beneficio propio, no es menos cierto que se asumieron riesgos por encima de toda prudencia con el dinero de todos, en una mala decisión política que seguramente no hubiera sido adoptada si estuviera en juego el patrimonio de los involucrados, al fin de cuentas.
El punto es que desde sus inicios, la empresa Pluna ha sido barril sin fondo por el que se han fugado centenares de millones de dólares, y la solución que se encontró durante la Administración Vázquez fue seguramente la peor de todas; porque la liquidación ha costado una fortuna, incluyendo el “sainete” de la venta fraguada de aviones a la empresa fantasma Cosmos, y una garantía inaudita que sin embargo fue catalogada de “perfecta” por el expresidente del Banco Central, con la intervención de un testaferro que jerarcas de gobierno dijeron no conocer pero con los que luego se supo había mantenido contactos en alguna oportunidad.
En el ínterin, la empresa Pluna con intervención de capitales privados y garantía del Estado, mantenía una deuda por 30 millones de dólares con Ancap --lo que sin dudas hubiera sido imposible para otro actor privado, al que ya se le hubiera cortado hacía rato el crédito--, todo en aras de mantener una línea aérea de “bandera nacional” que si desaparecía, hubiera significado que se perdería toda “conectividad” en los cielos para Uruguay, según la justificación de jerarcas de la Administración Vázquez.
Pues el tiempo desmintió tajantemente esta aseveración, porque cuando desapareció Pluna Uruguay mantuvo la conectividad y varias líneas aéreas están trabajando y haciendo los vuelos que tenía Pluna. Por este motivo, todo indica que la creación de Alas U es una nueva maniobra voluntarista por compromisos asumidos por el gobierno con los exfuncionarios de la desaparecida aerolínea, como ha sido el caso de otros emprendimientos gestionados por gremialistas, que no tienen nada que ver con el interés general y que solo aspira a mantener artificialmente otra empresa fundida e insostenible pero en manos de los trabajadores. Todo lo cual seguirá funcionando en la medida que el Estado les asegure los créditos necesarios para sostenerlas.
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