Escribe el Dr. Rodolfo Canabal

Locales | 03 Jun Realizadas, el reciente 1º de junio, las elecciones internas correspondientes al presente período gubernamental, tal como en anterior columna se había anunciado, se entiende que corresponde abordar, también sucintamente, su comentario.
Lo que en primer lugar es menester señalar es que, tal como también sucedió en las dos realizadas con anterioridad, continuó la baja del número de ciudadanos que a ellas concurrieron a emitir el sufragio, no obligatorio según se había destacado. En efecto, el número de concurrentes había respectivamente sido del 54% de los habilitados en 1999, del 46% en 2004, del 44% en 2009, y a estar a lo que se ha estimado sobre la reciente interna, tal baja se ha acrecentado mucho, pues alcanzaría al 35% en todo el país, con una concurrencia bastante más alta en el Interior que en la capital.
Tan bajos porcentajes de votantes no deja de llamar la atención si se recuerda que, hace ya mucho tiempo, cuando el voto no era obligatorio, los porcentajes de concurrencia en las elecciones en general superaban el 70% de los habilitados, algo que mucho prestigiaba al cuerpo electoral del país y al desarrollo de su régimen democrático. Por tanto, se debe pensar si no pudo haber incidido en tan bajos porcentajes de concurrencia que los partidos políticos no hayan realizado el esfuerzo necesario para que la votación en dichas elecciones fuera más alta.
En segundo lugar, es menester señalar que el desenvolvimiento de la jornada electoral que se está analizando fue una nueva, y muy eficaz, prueba acerca del alto grado de formación democrática de la ciudadanía nacional, lo cual se refleja en la total normalidad de la vida ciudadana, sin incidentes derivados de rivalidades políticas. Tal fue la normalidad de ese domingo que no se advertían diferencias importantes o trascendentes con la realidad de otros domingos metropolitanos, pues en general funcionaron los servicios y las empresas que lo hacen tales días, verbigracia los restaurantes y también los shopping.
En tercer término, se debe señalar que, tal como se había sabido a través de la información trascendida de los diversos partidos y sus fracciones, en la única colectividad política en la cual se sabía que habría pugna interna, con resultado imposible de predeterminar, en torno a la definición del candidato presidencial para las próximas elecciones de octubre, era en el Partido Nacional. A estar a la información trascendida, tal pugna se definió en favor del doctor Luis Lacalle Pou, el cual no era ciertamente a quien se indicaba en general con mayores posibilidades de triunfar.
Dicha definición, por mayoría absoluta, 56% contra 44% de Jorge Larrañaga, dada tal circunstancia, es definitiva. Ambos se abrazaron con cordialidad en la sede del Directorio del Partido Nacional, pero, a estar a palabras emitidas por Larrañaga con anterioridad a tal reunión, no se sabe cuál ha de ser su futura actividad política y partidaria, aunque parece claro que continuará luchando por dicho partido.
En cuarto lugar, se debe señalar la aprobación del Partido de la Concertación, que tendrá el objetivo de competir con el Frente Amplio en las próximas elecciones departamentales. Es consecuencia de un acuerdo entre nacionalistas y colorados. Y fue también algo a señalar especialmente la muy buena votación que obtuvo la lista de Raúl Sendic en el Frente Amplio.
Finalmente, como siempre, el presidente José Mujica votó en el circuito que le correspondía una vez que lo hicieron quienes le precedieron, como también es normal y mucho prestigia.
Tales algunos de los comentarios que se entiende oportuno emitir en torno a las recientes elecciones internas.