Paysandú, Domingo 08 de Junio de 2014
Locales | 08 Jun Los puños crispados. Las lágrimas a punto de correr por las mejillas. Los labios apretados. La cruel imagen del dolor. Y al mismo tiempo de la rebeldía de una mujer que está dispuesta a luchar por sus dos hijos, Daniela (7) y David (2), a los que la justicia española entregó provisionalmente en custodia a su padre, a su vez denunciado por agravios y violencia doméstica ante la misma justicia.
Paula Alfonsín Gómez -cuya historia fuera publicada en EL TELÉGRAFO el 4 de mayo pasado- está ahora en Paysandú, en la casa de su madre, Laura Gómez. Mirarlas es casi ver a una en el espejo. El mismo dolor en el fondo de los ojos, la misma bronca, y en el caso de la madre el refugio en el cigarrillo. Paula está aquí, en su ciudad, pero su alma ha quedado allá, en España, donde sus hijos son apenas una voz en el teléfono. Casi sin darse cuenta, sin comprender quizás el verdadero significado de sus palabras susurra: “si hubiera sabido, si hubiera imaginado que me iban a quitar a mis hijos, me hubiera quedado, hubiera soportado todo, los golpes, todo; si hubiera sabido...” Y calla. Y mira las fotos de Daniela y David en su teléfono celular. Y las lágrimas parecen batallón en formación. La avanzada corre libre y rueda por su rostro.
“Pasé ocho años terribles, totalmente sola, con un hombre golpeador, borracho, un ser despreciable. Sólo me concentré en mis hijos, ellos eran todo mi mundo. Primero Daniela y luego David. Dicen que tengo que estar bajo tratamiento y yo pregunto quién podría pasar por lo que yo pasé sin sufrir esas consecuencias”, cuenta Paula Alfonsín.
“Pero nada se compara a que me hayan arrancado a mis hijos. Hasta ahora no entiendo por qué, todos los informes médicos dicen que estoy perfectamente capacitada para criarlos, y así lo hice siempre, pero el dinero puede con todo, y la gente se vende sin conciencia. Eso fue lo que me pasó, ese ser despreciable compró con su dinero a médicos y abogados. Me arrancaron a mis hijos”, contó. “No lo puedo creer...” y vuelve a quebrarse. La pregunta ahora es qué hacer. “No me voy a quedar quieta, quiero a mis hijos y mis hijos me quieren a mi. Daniela, que es muy adulta, sin que yo le dijera nada, habla de su ‘ex padre’. Yo jamás le dije eso. Ella lo ve así. Y ahora está con él, allá, sin comprender por qué no ve a su madre”.
La comunicación es telefónica, pero “Daniela no puede hablar libremente. Hay personas a su alrededor, el teléfono está puesto en altavoz para que ellos escuchen. La presionan. Y en algunas ocasiones sabía que ese hombre estaba ahí; hacía como si fuera un gato. ¿No es terrible? Es horrible todo, mis niños allá, a merced de ese ser despreciable”.
“Daniela me vio muchas veces golpeada, con sangre, con la nariz desviada por los golpes de su padre. ¿Cómo pudieron quitarme a mis niños?”, pregunta y vuelve a preguntar lo mismo. Su madre, del otro lado de la mesa, se desespera, intenta explicar pero no sabe cómo. Apenas sabe que “pudimos sacarla de España y traerla, porque él la estaba buscando. Si no la traíamos quizás la mataba. Muy pocos hicieron algo. El consulado uruguayo no hizo absolutamente nada. La dejó librada a su suerte. La hija de una vecina que vive en Barcelona le dio una mano, un policía le dio dinero para que tomara un tren.
Ella estaba sola, terriblemente sola, totalmente sola. Él no le daba nada, aun cuando legalmente siguen casados y él tiene obligaciones que, por supuesto, ni siquiera se acuerda.
Es despreciable”. Hoy, Paula Alfonsín tendrá exámenes médicos y el viernes será recibida por especialistas del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) en Paysandú.
El camino es largo y muy complejo, pues implica iniciar acciones judiciales desde Uruguay, cuando la decisión estará en manos de las autoridades españolas. “Nos falta una asistencia legal especializada; la estamos buscando, pero no es sencillo. Hay abogados que no tienen práctica en este tipo de casos. Hemos hablado con alguno, nos ha dirigido a determinados dirigentes políticos que podrían tener contactos a otro nivel. Lo haremos todo. Todo lo que se necesite. Paula y los niños tienen que volver a estar unidos”, resume Laura Gómez.
Paula llamará en unos minutos, a sus hijos. Su significado en la vida. Recuperarlos, su objetivo.
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