Opinion | 03 Jun Pequeñas localidades del país cuyos habitantes cuenten con una propuesta turística para desarrollar, podrán participar en la segunda edición del Premio “Pueblo Turístico”, que el año pasado premió el proyecto presentado por Conchillas (Colonia).
El objetivo del concurso es ser un estímulo para que pueblos de menos de 3.000 habitantes puedan imaginarse y desarrollarse como destinos turísticos sostenibles, lo que constituye también una invitación a conocerlos.
En la edición anterior fueron presentados 14 proyectos provenientes de 10 departamentos. El seleccionado accedió a una financiación de 30.000 dólares para desarrollar su propuesta, consistente en la construcción de un centro de información turística, un centro para artesanos y otro de audiovisuales. El segundo lugar, lo obtuvo la propuesta de Cardal en Florida, cuya iniciativa consistía en crear un circuito de turismo religioso y, la tercera propuesta premiada fue la de Cuchilla del Ombú (Tacuarembó), donde será creado un museo con huellas de dinosaurio halladas en 2009.
En cada una de estas tres localidades, vecinos, comerciantes y productores de la zona se unieron para pensar una propuesta atractiva para que personas de otros lugares del país --y por qué no de otros países-- llegaran para conocer sus lugares naturales, historia, cultura e idiosincrasia.
Uruguay tiene un sinfín de pequeños poblados llenos de encanto, algunos con una marcada influencia de culturas extranjeras, lugares paradisíacos para escapar del estrés urbano, rincones alejados de las capitales donde la vida pasa a otro ritmo en medio de las sierras, sobre la costa o el interior profundo del país. En todos ellos hay saberes, tradiciones populares, leyendas y muchas más que muchas veces, desde la cotidianidad no valoramos adecuadamente.
En este sentido, la propuesta es --como señaló el director nacional de Turismo, Benjamín Liberoff-- “una valiosa herramienta de descentralización, inclusión social y desarrollo local”, así como una muy buena oportunidad para poner en valor diferentes localidades y demostrar que también desde allí es posible diseñar propuestas atractivas que convoquen visitantes.
Como se indica en la convocatoria que en estos días será presentada en Rocha y posteriormente en otros lugares del país, los pueblos uruguayos no solo regalan calidez, sino múltiples tesoros escondidos, que esperan a ser descubiertos. Es de esperar que este año muchas más localidades --también desde Paysandú-- se animen a repensarse y formular propuestas que vale la pena conocer y disfrutar.